De los 299 migrantes irregulares deportados desde Estados Unidos a Panamá, unos 103 de nacionalidad asiática se niegan a retornar a sus países de origen, indica hoy un informe oficial.
Según el comunicado del Ministerio de Seguridad los indocumentados se encuentran en un albergue en San Vicente, en la provincia de Darién; y esperan ser reubicados en otros países por la Organización Internacional para las Migraciones.
Al llegar al istmo los deportados, entre ellos iraníes, afganos, pakistaníes, chinos e indios, entre otros, fueron alojados sin poder salir en el hotel Decápolis, en esta capital; y desde la ventanas algunos mostraban carteles con rótulos como «Por favor, ayúdennos», «No estamos a salvo en nuestro país».
Según dijo a la prensa el titular de seguridad, Frank Ábrego, de los migrantes llegados a Panamá, 101 ya han viajado a sus respectivos países, 12 lo harán próximamente y hay 30 que se trasladarán durante el fin de semana y la semana siguiente.
Panamá, Costa Rica y Guatemala aceptaron servir de puente para las deportaciones desde Estados Unidos, luego de las medidas y presiones anunciadas por el presidente Donald Trump. De otra parte, informaron el registro hasta la fecha del ingreso de dos mil 607 personas por la selva de Darién , fronteriza con Colombia, 66 mil 303 menos que el año anterior en igual lapso lo que representa una disminución del 96,2 por ciento, según las autoridades panameñas.
Según explicó el canciller Javier Martínez Acha, en la Estación de Recepción Migratoria de Lajas Bancas permanecen 391 migrantes, cuya nacionalidad , sobre todo la venezolana, dificulta coordinar los vuelos de repatriación.
“Estamos tratando de mantener el flujo seguro y coordinamos con Colombia y Costa Rica”, acotó el diplomático.
