¿Cuáles son los argumentos del gobierno de EE. UU. para eliminar el TPS a los hondureños?

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos anunció oficialmente la cancelación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para Honduras, una medida que afectará directamente a unos 72,000 hondureños que han vivido durante décadas en ese país bajo esta figura migratoria humanitaria.

La decisión, publicada en el Registro Federal, entrará en vigor 60 días después de su publicación, marcando el fin de una protección que se remonta al 5 de enero de 1999, cuando el TPS fue otorgado tras los estragos causados por el huracán Mitch.

¿Por qué se canceló el TPS?

De acuerdo con el DHS, la situación que motivó la concesión del TPS en 1999 —una “alteración sustancial, pero temporal” de las condiciones de vida en Honduras— ya no existe. Tras una revisión de la situación actual del país y consultas con diversas agencias del gobierno estadounidense, las autoridades concluyeron que Honduras ha logrado un nivel de recuperación suficiente como para recibir de nuevo a sus ciudadanos.

El informe detalla que el país ha mostrado avances importantes en infraestructura, servicios básicos y desarrollo económico, como por ejemplo:

  • 95.7% de la población con acceso a agua básica.
  • 83.8% con acceso a saneamiento.
  • 93.2% con acceso a electricidad.
  • Inversión extranjera directa que alcanzó los 1,800 millones de dólares en 2023.

Además, el gobierno hondureño implementó en enero de 2025 el programa “Hermano, Vuelve a Casa”, que ofrece apoyo alimentario, económico y laboral a los hondureños deportados, lo cual, según el DHS, demuestra la capacidad del país para gestionar el retorno de sus connacionales.

¿Qué sigue para los hondureños con TPS?

Aunque la designación ha sido cancelada, el DHS extendió automáticamente la validez de ciertos permisos de trabajo emitidos bajo el TPS hasta la fecha final de vigencia, es decir, 60 días después de la publicación del aviso oficial.

Aun así, la noticia ha generado preocupación y sentimientos de incertidumbre entre los beneficiarios y líderes migrantes, quienes argumentan que la violencia, el desempleo y la inestabilidad política siguen siendo problemas serios en Honduras.

Lizzy Irías

Editora

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