En su homilía dominical, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, pidió a los hondureños anunciar el evangelio con acciones reales, eliminar la indiferencia, la pobreza, la desigualdad la violencia, la corrupción y otros males que afectan al país “hay que echar esos demonios de Honduras y volver al evangelio”, externó.
El arzobispo de Tegucigalpa, reflexionó este domingo en torno al texto bíblico tomado del evangelista San Marcos (6, 7-13), precisamente en el episodio cuando Jesús llama a sus 12 discípulos para enviarlos de dos en dos a evangelizar y a quienes les da poderes sobre los espíritus inmundos, pidiéndoles que no llevaran nada para el camino.
El Cardenal, recordó el llamado de Jesús para subrayar la confianza puesta solo en Dios y no en el dinero, le hace ver las seguridades, comodidades que deben acompañar a los discípulos misioneros, a quienes envía en parejas para anunciar la buena nueva, ya que en esa cultura sólo tenía valor, cuando lo anunciaban por lo menos dos personas.
“No lleven pan, alforja, dinero, túnicas, salvo un bastón y las sandalias, no han de llevar alimento, tampoco alforja, para recibir limosnas porque no se presentan como mendigos, ni los centavos que llevarían los pobres, son invitados a ir más desprovistos, es decir vivir en la confianza, ya que el bastón y las sandalias era lo prescindible para ellos”, indicó.
Con ello – dice el Cardenal- Jesús enseña que tiene toda la confianza en Dios, al ser enviado a evangelizar en medio de una pobreza que es libertad interior, ahí descubre el valor de la confianza en su Padre y no en las falsas seguridades, porque un discípulo que se apoya en lo exterior se hace repetidor incapaz de transmitir la novedad y belleza del evangelio.
De esta manera Jesús invita a los discípulos a quedarse en cualquier casa, aunque sean paganos, despreciados, considerados impuros por los judíos, “cuantas barreras y prejuicios, nos separan unos de otros, que hay que derribar para proponer lo que el papa Francisco llama cultura del encuentro, sabiendo que en todas partes hay gente buena y acogedora”.
Según el Cardenal Rodríguez el mundo aún tiene personas que, por encima de las ideologías, las razas, religiones, partidos políticos y de las diferencias culturales, son capaces de anunciar el evangelio, así como lo pidió Jesús y recientemente el papa Francisco que aún enfermo en el rezo de Ángelus, desde su balcón pidió no olvidarse de ungir a los enfermos.