Celac apuesta por el café como motor de desarrollo en primera Cumbre del grano en Honduras

La primera Cumbre del Café de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) no alcanzó este jueves en Honduras una declaración unánime sobre la ley de la Unión Europea contra la deforestación importada, pero los miembros del grupo reafirmaron su apuesta por la caficultura como un «motor de desarrollo».

Un total de 25 países, de los 33 que integran la Celac, suscribieron un «comunicado especial», pero falta el visto bueno de ocho países que no se conectaron, indicó a EFE el vicecanciller de Honduras, Gerardo Torres.

El segundo y último día de la Cumbre del Café de la Celac se celebró a puerta cerrada, según constató EFE.

Al finalizar, la organización señaló que la Cumbre concluyó «con un compromiso renovado: fortalecer la integración regional, apoyar a nuestros caficultores y asegurar que el café siga siendo un motor de desarrollo y un patrimonio cultural». La presidencia pro tempore de la Celac la ostenta Honduras.

Celac busca acuerdo con la UE

Torres señaló a EFE que la ley europea contra la deforestación importada, que restringe las compras de productos que puedan causar devastación forestal en los países vendedores, es «una posición complicada» de parte de la Unión Europea.

«Esperamos llegar a un acuerdo con Europa, porque si nosotros aplicamos la sanción tal y como Europa lo está pidiendo, va a ser un impacto durísimo para los pequeños productores que van a perder el principal mercado», enfatizó.

 

El 60 % de la producción mundial de café se concentra en Latinoamérica y el Caribe, detalló Torres, tras anunciar la creación de un «foro permanente o grupo de trabajo» para dar seguimiento al cumplimiento a los acuerdos de la Celac sobre el café.

En junio de 2023 entró en vigor la ley comunitaria para evitar que las importaciones en la UE de ciertas materias primas y productos derivados como el aceite de palma, el vacuno, la soja, el café, el caucho, la madera o el chocolate causen la deforestación en terceros países, con un periodo de 18 meses (hasta diciembre próximo) de margen a los operadores para prepararse.

Las empresas que importen estas materias y productos derivados en la UE tendrán que rastrear su origen y emitir una declaración de diligencia debida que garantice que no han causado deforestación en sus lugares de origen en comparación con 2020.

Carlos García

Editor

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