La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) mantiene bajo investigación las alianzas entre grupos criminales de Honduras, Costa Rica y Panamá, que estarían utilizando rutas compartidas para el tráfico de drogas y el contrabando de cigarros, con el fin de lavar dinero y financiar otras actividades ilícitas en la región.
Según las autoridades, varias organizaciones que han sido golpeadas por el narcotráfico ahora están incursionando en el comercio ilícito de cigarrillos como una nueva fuente de ingresos. Esta práctica les permite mover grandes sumas de dinero y diversificar sus negocios mediante inversiones en sectores legales.
En reuniones recientes entre jefes policiales de la región y la DEA, se discutió cómo estos clanes utilizan la misma infraestructura logística empleada para el traslado de cocaína, lo que facilita el ingreso de cargamentos de cigarros en mercados de alto consumo.
“Ellos ya tienen las rutas, cadenas de suministro y contactos para distribuir los cigarros como lo hacen con la droga. Es un negocio rápido y altamente rentable”, explicó Mike Vigil, exjefe de Operaciones Internacionales de la DEA, quien confirmó que el organismo da seguimiento de cerca a estas redes.
Honduras en el centro de la red
Honduras se ha convertido en un punto estratégico para la convergencia de ambos mercados ilegales. Puerto Lempira y el municipio de El Paraíso, en Copán, son considerados puntos críticos: el primero por su acceso marítimo y el segundo por su cercanía con la frontera de Guatemala, facilitando el paso de mercancías ilícitas.
De acuerdo con el analista de crimen organizado Daniel Rico, en Honduras se detectan dos modalidades de operación: el trasiego de cargamentos de cigarros listos para la venta y la instalación de fábricas clandestinas para su producción local.
“Honduras es clave tanto para la salida de droga como para el ingreso de dinero ilícito. Es un eslabón en la cadena que conecta con Paso Canoas en Costa Rica y la Zona Libre de Colón en Panamá”, señaló Rico.
El legado del Cartel AA
El Paraíso, Copán, sigue siendo un punto de interés para las autoridades por su vínculo histórico con el Cartel AA, liderado por Amílcar Alexander Ardón Soriano, alias “Chande”, quien se entregó a la DEA en 2018 y fue condenado en Estados Unidos.
De acuerdo con la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN), el cartel operó desde 2003 en actividades de tráfico de drogas y lavado de activos, acumulando grandes fortunas y extendiendo sus conexiones a reconocidos narcotraficantes como Joaquín “El Chapo” Guzmán y Mario Ponce.
Actualmente, la Fiscalía hondureña mantiene investigaciones abiertas por lavado de activos y contratos vinculados a empresas en el corredor fronterizo, como Inversiones Solís Estévez, que habría registrado movimientos de cigarros de contrabando provenientes de Belice.
Rentabilidad y expansión
Expertos como Mauricio Boraschi, fiscal adjunto de la Fiscalía General de Costa Rica, señalan que el contrabando de cigarrillos se ha convertido en un negocio altamente rentable. En algunos casos, las ganancias alcanzan hasta un 700% debido a la evasión de impuestos y los bajos costos de adquisición en zonas francas.
Las autoridades de seguridad de la región coinciden en que las conexiones entre los grupos de estos países no solo fortalecen sus operaciones, sino que también les permiten sobornar autoridades y garantizar la protección de sus cargamentos.
La DEA y los organismos de seguridad centroamericanos han advertido que reforzarán los controles fronterizos y las investigaciones conjuntas para frenar este creciente mercado ilícito.