Debate sobre la cárcel en Islas del Cisne no es solo ambiental dicen expertos

En su versión ampliada, el informe de la Escuela de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) amplió el debate sobre la construcción de la cárcel Islas del Cisne, en el cual destaca el impacto ambiental no solo por la construcción de la obra, sino el mantenimiento de los privados de libertad, sus suministros, consumo y desechos, sumado a las demandas internacionales a las que se expone Honduras, por los tratados suscritos en materia ambiental.

“La UNAH, a través de la Escuela de Biología, se pronuncia desde el punto de vista técnico-científico, señalando que cualquier desarrollo que se desee realizar en estas islas debe cumplir con todos los requisitos legales establecidos en el conjunto de leyes relacionadas con las áreas protegidas, así como en los acuerdos y convenios de los que Honduras es signataria. Como academia instamos a acatar las disposiciones que por ley se le apliquen según la categoría ambiental asignada y no hacer caso omiso de los resultados de una investigación científica”, advierte el documento.

Recuerda que esta isla alberga ecosistemas frágiles y biodiversidad única, señala el documento, con especies nativas, endémicas y extremadamente raras. Además, el aislamiento geográfico y genético propio de una isla oceánica favorece que las especies generen patrones exclusivos de comportamiento, fisiología, ecología y morfología en comparación con sus homólogos continentales. Esto las vuelve altamente vulnerables por lo que toda afectación en su ecología es nociva e irremediable.

Resalta también que las Islas del Cisne son área protegida por acuerdo ejecutivo No. 3056-91. El 30 de octubre de 1991, se declaró Parque Nacional Marino y se consideró necesario permitir la conservación y sostenibilidad de sus recursos mediante actividades de investigación, educación ambiental y ecoturismo, ratificando la postura en el Decreto Número 128-94.

En el 2002, agrega, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Honduras (SINAPH) propuso, que la categoría de manejo más acertada para esta área es la de Reserva Marina, cuyo objetivo es proteger, conservar y mantener fenómenos o procesos naturales en estado inalterado, para estudios e investigación científica, con énfasis en la protección del hábitat marino. También, son consideradas prioridad a nivel regional ya que presentan ecosistemas terrestres y marinos únicos.

Carlos García

Editor

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