Dos reos muertos a balazos y tres heridos fue el saldo de un amotinamiento y frustrada fuga de 72 privados de libertad con alto perfil delictivo en el módulo de procesados II de la penitenciaria nacional de máxima seguridad, Marco Aurelio Soto, en el valle de Támara, en el extremo norte de la periferia del Distrito Central.
Los internos, Carlos Andrés Soler Mejía, oriundo San Jerónimo, Comayagua, y José Alejandro Cruz Cruz, nacido en Sabanagrande, Francisco Morazán, fallecieron a causa de las heridas.
El jefe de comunicaciones y estrategias de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), confirmó que todo comenzó el miércoles al filo de las 9:30 de la noche.
“Estamos en toda la capacidad de informar sobre lo ocurrido. Se activaron los protocolos de seguridad a través del Instituto Nacional Penitenciario y la Policía
El plan de los privados de libertad era salir de Támara aprovechando una reyerta ejecutada por otro grupo de compañeros, como distracción a la autoridad apostada en torreones y puntos de vigilancia.
Ante el motín los uniformados se vieron obligados a usar sus armas de reglamento, para repeler la revuelta y evitar la fuga.
José Alejandro Cruz Cruz y otros reclusos resultaron heridos y fueron trasladados a un hospital, donde posteriormente falleció el interno antes mencionado.
Después de controlar y aislar a los privados amotinados los militares saturaron todos los módulos carcelarios retomando el control de la cárcel.
Ayer, tras la reyerta, la Policía Militar redobló la seguridad en ese centro penitenciario, con la intención de evitar otro incidente. Los cadáveres fueron trasladados a la morgue capitalina, para la respectiva autopsia.
En la morgue miembros de la familia doliente manifestaron escenas de dolor y llanto, al momento de reclamar el cuerpo de Cruz. Mientras, los restos de Soler Mejía seguían ayer en los congeladores del Centro Legal de Ciencias Forenses, a la espera de parientes.