El gobierno de Estados Unidos promueve negociaciones y acuerdos con el gobierno de Nicolás Maduro, mientras, a la par, defiende el derecho de Guyana de aprovechar recursos en una zona reclamada por Venezuela. Expertos consultados por la Voz de América opinan que ambos asuntos no son ni representarán un conflicto de intereses para la diplomacia norteamericana.
En septiembre pasado, el gobierno de Guyana anunció la culminación de sus rondas de licitaciones con empresas extranjeras para explotación petrolera en aguas, que son parte de una zona reclamada por Venezuela.
Maduro y sus colaboradores denunciaron que Guyana violaba “la legalidad internacional y pone en riesgo la paz”, pero algunos actores de la región, entre ellos Estados Unidos, defendían el avance de esos negocios en el país vecino.
Las tensiones diplomáticas sobre el diferendo territorial ocurrieron en momentos de negociaciones privadas entre el oficialismo venezolano, su oposición y actores internacionales, como Estados Unidos, que juega un rol clave en el proceso.
Dos meses después, el gobierno de Maduro y la Plataforma Unitaria de partidos opositores de Venezuela firmaron en Barbados acuerdos sobre derechos políticos y asuntos económicos, horas antes de que Washington aliviara por 6 meses sanciones económicas del país suramericano, como incentivo al diálogo.
¿La postura de Estados Unidos sobre Guyana en el conflicto territorial con Venezuela pudo afectar su rol en las negociaciones? ¿Podría hacerlo en el futuro? Expertos opinan que Washington atiende ambos asuntos sin entorpecerse.