“El corazón palpitante de Roma no es el mármol del Senado, es la arena del Coliseo”, decía el senador romano Graco en la película “Gladiator”, ganadora del Oscar en el año 2000.
El imponente anfiteatro de piedra de 2.000 años de antigüedad, el más grande del Imperio Romano, es la atracción turística más popular de Italia, atrayendo a 7,6 millones de visitantes en 2019.
Pero su corazón, los pasadizos subterráneos, las jaulas y las cámaras donde prisioneros, animales y gladiadores esperaban para pasar por las trampillas y entrar en la arena sobre sus cabezas —que ya hace tiempo que desapareció— no se abrió al público de pago hasta el viernes, después de un largo proceso de renovación.
Más de 80 arqueólogos, arquitectos e ingenieros trabajaron durante dos años en el “hipogeo” de 15.000 metros cuadrados para “devolver al centro de la atención un monumento que el mundo entero ama”, según Diego della Valle, presidente de Tod’s, el grupo de moda italiano que ha financiado las obras.
Las gradas circulares del Coliseo, a las que desde hace tiempo pueden acceder los turistas, podían albergar hasta 70.000 espectadores para ver las luchas de gladiadores, las ejecuciones y las cacerías de animales que tenían lugar en su arena. Antes de que se construyera el hipogeo, la arena también podía inundarse para recrear batallas navales.
Ahora, una nueva pasarela de 160 metros revela una parte del monumento que no era accesible a los visitantes.
Se trata de la segunda parte de un proceso en tres fases que comenzó hace ocho años, y en el que Tod’s se comprometió a aportar 25 millones de euros (30 millones de dólares) para sufragar los trabajos, uno de los varios proyectos de restauración de monumentos italianos financiados por empresas de artículos de lujo.
“Es (…) importante que las empresas relevantes se pongan a disposición del país, entendiendo lo que pueden hacer por él”, dijo Della Valle.
“Se trata de piezas importantes para Italia, monumentos conocidos en todo el mundo, y para el turismo, que no es solo un entretenimiento sino un negocio importante en Italia que, si se cuida adecuadamente, no tiene rival en ningún lugar del mundo”.
La primera fase del cambio de imagen, que incluye la limpieza de la fachada del monumento, se inauguró en 2016. La última fase consiste en renovar las galerías y el sistema de iluminación y crear un nuevo centro de visitantes. Está previsto que el proyecto esté terminado en unos tres años.
Por otra parte, el Gobierno italiano ha decidido dotar al antiguo monumento romano de un nuevo pavimento de alta tecnología, que se espera que esté colocado en 2023.
Della Valle, que también ayuda a financiar el teatro de la ópera La Scala de Milán, pidió a sus compañeros empresarios que “tomen un monumento cada uno, lo restauren, ¡seamos rápidos!”.
(1 dólar = 0,8383 euros)
CON INFORMACIÓN DE REUTERS