Con todos los servicios de la Franja de Gaza cortados, la situación parece empeorar cada vez más para los 2,3 millones de habitantes del enclave palestino. Testigos y ONG advierten de una población «aislada del mundo», que pronto se verá privada de alimentos y agua, urgen a la creación de un corredor humanitario.
«Ni electricidad, ni alimentos, ni gas», aseguró el lunes 9 de octubre el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, tras anunciar un asedio «completo» de la Franja de Gaza en represalia por los ataques sin precedentes de Hamás desde el 7 de octubre. Según varios testimonios recogidos por France 24, esta siniestra promesa parece haberse cumplido ya.
«Todo está cerrado, no entra ni sale nada desde hace más de 24 horas. Las reservas de alimentos están casi vacías y ya escasea el agua», explicó Omar Shaban. Desde El Cairo, en Egipto, donde se refugia desde hace dos días, el director del centro de pensamiento Pal-Think for Strategic Studies, con sede en Gaza, alcanzó a obtener información sobre sus familiares y conocidos en el enclave palestino este miércoles por la mañana. Las noticias son cada vez más escasas.
«Nuestros equipos sobre el terreno nos dicen que se han quedado sin comida, que el agua se va a acabar muy rápido y que están muy preocupados», añadió Olivier Routeau, director de operaciones de la ONG Première Urgence Internationale, con sede en París. «Y ahora se va a cortar la electricidad y poco a poco vamos a perder el contacto con ellos”, aseguró Routeau. Las preocupaciones de ambos se confirmaron a primera hora de la tarde. Al mismo tiempo que crecían las colas en las entradas de los supermercados de Gaza, con familias que acudían para abastecerse de conservas, arroz y harina por temor a la escasez, el jefe de la autoridad de la energía del enclave palestino anunció que la única central eléctrica había cerrado por falta de combustible.
Los cerca de 2,3 millones de habitantes de la Franja de Gaza, una extensión de 360 km cuadrados situada entre el Mediterráneo y un inmenso muro de concreto y vallas construido por Israel, viven bajo un bloqueo terrestre desde 2007. Desde hace dieciséis años, su vida cotidiana depende en gran medida del transporte de mercancías a través de los pasos fronterizos israelíes -Erez, en el norte, y Kerem Shalom, en el sur- y de uno no controlado por el Estado hebreo, Rafah, en la frontera egipcia. Este último fue bombardeado tres veces por los israelíes el lunes y el martes.
«Gaza es uno de los territorios más densamente poblados del planeta. Tenemos algunos peces y algunos campos, pero no lo suficiente para alimentar a toda la población. No hay forma de que podamos sobrevivir sin estas importaciones», insistió Shaban. Pero desde el lunes, los pasos fronterizos permanecen estrictamente cerrados tanto para las personas como para las mercancías. «Hasta ahora, Israel se aseguraba de que pudiéramos importar lo estrictamente necesario. Pero tras los acontecimientos de los últimos días, quiere castigar a la población», denunció Shaban.
Fuente: France 24
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