Finalizó la destrucción del arsenal de armas químicas de Estados Unidos, un compromiso que ese país adquirió en 1993 en la Convención Mundial sobre la Prohibición de las Armas Químicas. Era la única nación de la convención que no había terminado de eliminar sus armas químicas. Sin embargo, el presidente Biden acusa a Siria y Rusia de tener reservas no declaradas.
Un paso más hacia el fin del uso de armas químicas en el mundo. Estados Unidos confirmó el viernes haber destruido los últimos arsenales de estas armas tóxicas en el Depósito Químico Pueblo del Ejército de EE.UU., en Colorado, y en el de Kentucky. El último cohete M55 destruido transportaba sarín, un poderoso gas nervioso mortal.
Los efectos del uso de armas químicas fueron expuestos durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, muchos países multiplicaron sus reservas de armas tóxicas en los años que le siguieron.
«Aunque el uso de estas armas letales será para siempre una mancha indeleble en la historia, nuestra nación ha cumplido por fin su promesa de librarse de esta lacra (…) Las armas químicas son responsables de algunos de los episodios más horribles en la pérdida de vidas humanas», dijo el senador Mitch McConnell el viernes.
Por su parte, el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, felicitó a EE. UU. por haber logrado destruir sus reservas antes del plazo oficial (el 30 de septiembre). Afirmó que lo hizo de modo «seguro y sensato con el medio ambiente».
Así mismo, la UE se comprometió a seguir luchando para la no proliferación de estas armas y recordó que aprobó una nueva contribución voluntaria de 5.300 millones de euros hasta 2026 para la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).