Jeff Bezos logra exitoso viaje al espacio con Blue Origin

El dueño de Amazon y además el hombre más rico del mundo cumplió su deseo de viajar en su propio cohete.
El cohete New Shepard de Blue Origin.

Jeff Bezos consiguió un despegue sin contratiempos a bordo de su cohete New Shepard, en la que es la primera misión tripulada de la empresa Blue Origin. Un salto de 11 minutos desde el oeste de Texas hasta más allá de la línea Karman y viceversa, para coincidir con el 52 aniversario del primer aterrizaje en la Luna.

 

El cohete New Shepard de Blue Origin despega con los pasajeros Jeff Bezos, su hermano Mark Bezos, Oliver Daemen y Wally Funk, desde su puerto espacial cerca de Van Horn, Texas. 

El cohete New Shepard de Blue Origin despega con los pasajeros Jeff Bezos, su hermano Mark Bezos, Oliver Daemen y Wally Funk, desde su puerto espacial cerca de Van Horn, Texas.

 

«#NewShepard está en la plataforma. El equipo de lanzamiento ha completado el despliegue del vehículo esta mañana y los preparativos finales están en marcha», tuiteó la compañía el martes (20.07.2021) temprano en lo que fueron las horas previas al lanzamiento.

El fundador de Virgin Galactic, Richard Branson, hizo este mismo viaje el 11 de julio, superando por poco al magnate de Amazon en esta verdadera batalla de multimillonarios. En el caso de Blue Origin la altitud a la que ascenderá la nave reutilizable New Shepard es mayor en comparación con el avión espacial de Virgin.

 

Bezos, de 57 años, fundó Blue Origin en 2000 con el objetivo de algún día construir colonias espaciales flotantes con gravedad artificial donde millones de personas trabajarán y vivirán. Hoy, la compañía está desarrollando un cohete orbital llamado New Glenn y un módulo de aterrizaje lunar que espera contratar con la NASA.

 

New Shepard ya había realizado 15 vuelos sin tripulación para ponerlo a prueba y testear los mecanismos de seguridad, como disparar la cápsula lejos de la plataforma de lanzamiento si el cohete explota o aterrizar con un paracaídas menos.

 

 

La cápsula se separó de su propulsor y, una vez arriba, los astronautas se desabrocharon y experimentaron la ingravidez durante tres o cuatro minutos.

 

La nave espacial alcanzó su punto máximo a 106 km de altitud, lo que permitió a los miembros de la tripulación admirar la curvatura del planeta y la oscuridad del resto del universo.

 

El propulsor regresó de forma autónoma a una plataforma de aterrizaje justo al norte de su lugar de lanzamiento, mientras que la cápsula volvió a la Tierra en caída libre con tres paracaídas gigantes y, finalmente, un propulsor, para un aterrizaje suave en el desierto.

 

La compañía dice que planea dos vuelos más este año, y «muchos más» en 2022. Los analistas observan que mucho dependerá de los primeros éxitos y la construcción de un sólido historial de seguridad. Bob Smith, el CEO de la compañía, reveló el domingo que el próximo lanzamiento podría tener lugar en septiembre u octubre.

 

mn (efe, afp, dw)

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