Argentina es uno de los cinco países de América Latina que permiten votar a los jóvenes de 16 y 17 años junto a Brasil, Cuba, Ecuador y Nicaragua.
Kremenchuzky, conocido entre sus amigos como «Toto», tiene 17 años y es uno de los votantes más jóvenes del país sudamericano que lucha por escapar de una espiral de crisis económicas: inflación del 124 %, pobreza superior al 40 % y una moneda que viene sufriendo una fuerte devaluación.
Esto ha creado una carrera electoral presidencial volátil y difícil de predecir, en la que muchos, especialmente los jóvenes, anhelan algo nuevo y están enojados con la elite política tradicional de izquierda y derecha, a quienes culpan por el desastre económico.
Esa ira ha impulsado a un «outsider» de la política, atrevido y de cabello revuelto, Javier Milei, que viste chaquetas de cuero, canta canciones de rock a sus seguidores, reprende a los políticos «ladrones» y quiere «quemar» el banco central.
«Por la forma en que habla Milei, yo le compro todo. Tiene una forma de expresarse que llega a la gente», dijo Toto, quien proviene de una familia acomodada, juega al fútbol y va a una escuela privada en Buenos Aires.
Toto votó en las primarias por la candidata opositora conservadora Patricia Bullrich, algo que atribuye a la influencia de sus padres, pero dice que podría trasladar su voto en octubre a Milei si el libertario lo convence en los debates electorales, a pesar de la incertidumbre que reconoce que traería.
«Milei propone algo distinto, que después en la práctica puede salir muy bien o muy mal», afirmó.