El mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, ha actuado en la campaña electoral que termina este miércoles como “un candidato más”, pues su omnipresencia ha impregnado la carrera por la Presidencia que termina este 2 de junio.
Pese a no figurar en las boletas para algún cargo público por primera vez desde el año 2000, su nombre arrecia continuamente en la campaña, tanto por sus seguidores como sus detractores, en reflejo del gran peso de López Obrador en la política de México.
Así lo ha destacado Xóchitl Gálvez, la principal candidata opositora de la coalición Fuerza y Corazón por México, quien ha acusado al presidente de jugar el papel de candidato con sus comentarios sobre las elecciones en sus conferencias matutinas.
En entrevista con la semana pasada, Gálvez lamentó el desequilibrio que significa tener que hacer frente a dos rivales: el propio López Obrador, quien dijo que se ha metido en campaña “de manera indebida”; y por otro lado, su rival, Claudia Sheinbaum, la candidata de Sigamos haciendo Historia.
Durante toda la campaña, Sheinbaum ha expresado en varios ocasiones que su objetivo es continuar con el proyecto de López Obrador, bautizado como la Cuarta Transformación y no ha dejado de calificarlo como el “mejor presidente en la historia de México”.