Policía española busca los restos de joven hondureña dónde indicó su asesino

Agentes de la Policía Nacional española se desplazaron al paraje donde estarían los restos humanos de Heidi Paz a raíz de la confesión del autor del homicidio de la joven hondureña.

Fuentes próximas a la investigación señalaron a EFE que los efectivos policiales fueron en la tarde del jueves a la zona conocida como Las Cárvacas, en Toledo (centro), para la búsqueda de los restos de la víctima supuestamente enterrados en la zona, para realizar un reconocimiento de la misma y planificar posteriores actuaciones.

César Román Viruete, conocido como ‘el rey del Cachopo’ (un plato típico de la región norteña de Asturias), envió esta semana una carta a la Audiencia de Madrid en la que sostuvo que fue un tío suyo, ya fallecido, el que descuartizó el cadáver de Heidi Paz después de que él la matara sin querer e indicó la zona en la que estarían los restos que faltan por encontrar.

En la misiva, el condenado por homicidio y profanación del cadáver de Heidi Paz en agosto de 2018 volvió a asegurar que mató a la joven de forma fortuita en el transcurso de una discusión, y añadió como novedad que la muerte tuvo lugar en la nave en la que se encontraron la mayoría de los restos mortales y que tras ver que estaba muerta pidió ayuda a un tío suyo, que fue quien se deshizo del cadáver.

La nueva versión expuso que no supo inicialmente que su tío había descuartizado el cadáver e indicó que le contó que enterró los restos que nunca se encontraron, entre ellos la cabeza, en el municipio de Carranque (Toledo), y adjuntó un croquis hecho a mano.

La Audiencia de Madrid condenó en 2021 a César Román Viruete a 15 años de cárcel por el homicidio y por descuartizar el cadáver, con la concurrencia de las agravantes de parentesco y género.

Este mismo tribunal consideró este jueves que la nueva versión de los hechos es «incompatible» con lo acreditado en el juicio y le pidió que comunicara a la Policía cualquier información sobre el paradero de los restos no encontrados de la víctima, y consideró que la carta fue un intento de «obtener notoriedad».