Ella destila bondad hasta con sus expresiones, cualidad que refuerza con su voz de suaves matices.
Su título académico la distingue como cirujana pediátrica y su experiencia la catapulta como una brillante y reconocida especialista en Tokio, pero además posee la investidura de esposa del embajador de Japón en Honduras.
Pero es su trayectoria quirúrgica que la expone en su más grande vocación, curar a los niños que ha sido su inspiración desde hace 35 años.
Aunque no es hondureña, ella se vuelve una compatriota cada vez que en su servicio solidario se integra al equipo de especialistas del área de cirugía pediátrica del Hospital Materno Infantil, de Tegucigalpa.
La doctora Saori Nakahara, dos veces por semana, dona diez horas de servicio a favor de los niños del país que urgen de una cirugía, tiempo que además aprovecha para traspasar sus conocimientos adquiridos a otros profesionales del servicio quirúrgico nacional.
CIRUJANA DESDE 1989
Eran las 9:00 de la mañana, hora de la cita concedida a la revista digital Honduras Trascendental. Una cálida bienvenida ofrecida por el equipo de seguridad nos abre camino hacia una amplia oficina de paredes blancas, donde permanece una amplia mesa de juntas, al fondo las banderas de Honduras y Japón.
La doctora Saori se distingue por impecable bata blanca, misma que lleva sobre su uniforme azul de cirujana, dejando al descubierto desde ya su amor por la medicina y, a través de su suave sonrisa, expresa sin querer los valores de la atención clínica que genera una empatía y cercanía con el paciente.
Nos saluda en español, pero la entrevista se logra con apoyo del asistente de cooperación, Hidemi Kibe, que en esta ocasión prestó su ayuda como traductor, y así fueron surgiendo las preguntas y respuestas sobre su vida profesional y familiar, en especial su servicio solidario en el principal centro asistencial infantil del país, pues al concluir la amena conversación periodística saldría rumbo a los quirófanos del Hospital Materno Infantil.
Es así como develó que desde 1989 ejerce labores como cirujana, tratando las enfermedades o alteraciones anatómicas en los infantes que se resuelven mediante intervenciones quirúrgicas, unas de manera sencilla y otras más complejas, pero lo más valioso es que al final resultan exitosas.