Tegucigalpa. –Una serie de traumas psicológicos podrían desencadenarse en las y los menores de edad desaparecidos por diversas causas advirtió la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia-DINAF ante los últimos acontecimientos ocurridos en el país que han puesto en peligro la integridad física y psicológica de esta población.
Ninoska Alfaro, psicóloga de la DINAF explicó que esta situación genera altos niveles de tensión y miedo, que posteriormente pueden desencadenarse en situaciones de inestabilidad emocional, dependiendo de las fortalezas emocionales que cada niña, niño o adolescente pueda tener en ese momento.
Alfaro detalló que estos hechos pueden dejar consecuencias leves como: temor, tristeza, pesadillas, nerviosismo, inseguridad, hasta daños graves como: pánico, trastornos de personalidad, lagunas mentales, desórdenes en sus argumentos o negación del evento traumático.
Además “se pueden observar algunos casos donde la víctima de este tipo de trauma puede tratar de huir de la realidad, llegando incluso a la psicosis, evitando recurrir a lugares donde hay exposición de personas, ya que hay una negación total al salir de su entorno seguro”.
En consecuencia, señaló oportuna la intervención de padres, madres y cuidadores, quienes deben realizar acompañamiento a las víctimas de este tipo de hechos traumáticos.
Para los cuidadores primarios “escuchar activamente sobre las emociones y los sentimientos que la víctima quiera transmitir y expresar a sus familiares si es que él o ella quiere hacerlo, de no ser así, lo recomendable es no presionar para que salgan a flote las emociones que se vivieron en ese evento traumático”.
Otra recomendación apuntó la especialista en psicología, es buscar asistencia especializada ya sea psicológica o siquiátrica, según sea el caso, esta debería estar orientada tanto a la víctima, pero también a su familia, ya que en el caso de esta última vivieron momentos de mucha tensión desesperación y aflicción, “de esta manera el profesional será quien marque el modelo de la asistencia, terapia o psicoterapia de ser necesaria”.
Además, generar espacios de seguridad en donde el padre este estable emocionalmente, para poder acompañar de mejor manera al niño niña o adolescente víctima de eventos traumáticos de este tipo.
También, es recomendable añadió Alfaro, ayudar al menor de edad a consolidar una rutina que le permita mantenerse alejado de esos sentimientos y pensamientos sobre el hecho ocurrido, siempre y cuando dejándole el espacio para poder expresar los mismos cuando lo considere necesario.
De igual manera, es importante “realizar ejercicios de respiración, meditación y relajación, como mecanismo para lograr esa estabilidad emocional y sobre todo eliminar los pensamientos recurrentes, disminuir la ansiedad, los altos niveles de tención y poder afrontar la realidad”, aseveró.
Considerando, que las víctimas principales de estos actos inescrupulosos son las niñas, niños y adolescentes, la DINAF condena estos hechos que ponen en peligro su integridad física y psicológica, provocando huellas de dolor en sus vidas.