El republicano Donald Trump retomó la campaña este martes desde un supuesto segundo ataque contra su vida el fin de semana, jactándose de que «solo los presidentes relevantes reciben disparos», al tiempo que elogió a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, por llamarlo para saber cómo estaba.
Trump habló en una reunión municipal ante sus partidarios en Flint, una ciudad en el estado indeciso de Míchigan golpeada por la crisis del sector automovilístico y tristemente célebre por un escándalo de contaminación del agua potable con plomo.
El millonario estableció un vínculo entre lo que el FBI denominó un intento frustrado de asesinato en su contra en Florida el domingo y su promesa de imponer fuertes aranceles a las importaciones de vehículos desde México y China.
Se presentó como el salvador de la industria automotriz en su competencia con las empresas extranjeras.
«Y luego te preguntas por qué me disparan, ¿verdad? Solo los presidentes relevantes reciben disparos», lanzó Trump.
Más temprano, su rival Harris, que hace campaña en otro estado clave, Pensilvania, se puso en contacto con el expresidente para «manifestarle lo agradecida que se siente de que se encuentre a salvo», afirmó un alto cargo de la Casa Blanca.
El gobierno la describió como una «conversación cordial y breve». En su mitin, Trump sorprendió al asegurar que Harris «no podría haber sido más amable».
El magnate, de 78 años, había señalado previamente que el sospechoso detenido por el nuevo ataque contra él «se creyó la retórica» del presidente Joe Biden y de Harris de que es una amenaza para la democracia, «y actuó en consecuencia».
«Creo que quieren matar a Trump para que Trump no pueda intentar hacer su segundo mandato», opinó en el evento en Flint el trabajador automovilístico jubilado Donald Owen, de 71 años.