Tras asumir el cargo como consejera presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cosette López recibió amenazas y fue denigrada por perfiles falsos en las redes sociales.
En otro escenario, meses antes, un diputado del Congreso Nacional (CN) tildó de “muñequitas de la mafia” a un grupo congresistas opositoras.
Este flagelo es conocido como violencia política de género, una que está enfrentando las mujeres que están optando a un cargo de elección popular o que asumieron el control de los órganos electorales en Honduras.
En vísperas de las elecciones primarias de 2025, la violencia política se ha incrementado y ha puesto en evidencia que las mujeres siguen siendo los puntos más débiles.
De acuerdo con organizaciones que defienden los derechos de las mujeres, por los insultos obligarían a alejarse de cargos de elección popular país para los comicios.
Para Ivonne Ardón, comisionada de la Unidad de Política Limpia (UPL), “cuando se da este tipo de eventos, incluso cuando se expone la vida privada de las mujeres, lo único que se hace es alejar a las mujeres porque no quieren estar en la palestra pública donde se les señala por su vida personal”.
Advirtió que si no se detiene la violencia política contra las mujeres, las consecuencias pueden ser más significativas.
“De por sí, la mujer ya es señalada por su propia condición de ser mujer, menospreciando que la mujer se ha dedicado a aportar al país con su conocimiento. Las mujeres hoy en día están muy bien formadas”, argumentó.
En agosto de 2023, los congresistas diputados del partido Libertad y Refundación (Libre) llamaron “muñecas de la mafia” a las opositoras nacionalistas Antonieta Mejía y Merary Díaz, un acto denominado como violencia política de género.
La violencia política que más sufren las mujeres en Honduras incluye: física, sexual, psicológica, económica, mediática y simbólica.
Ardón señaló que este flagelo no solo lo sufren las mujeres que aspiran a cargos de elección popular, sino también las que ocupan funciones públicas.
Desde el gobierno aseguran que la primera víctima de violencia política de género es la presidenta de la República, Xiomara Castro.
“En primer plano yo coloco a la presidenta, que no han sido palabras, han sido amenazas que van mas allá de lo normal”, arguyó la secretaría de la Mujer, Doris García.
Al listado de víctimas de violencia política se suman la consejera presidenta del CNE, Cosette López, las diputadas Fátima Mena, Beatriz Valle, Lissi Cano, María Antonieta Mejía, Melbi Ortiz, Ligia Ramos, Iroska Elvir, Suyapa Figueroa,entre otras.
Asimismo, las precandidatas presidenciales Ana García de Hernández del Partido Nacional, Maribel Espinoza del Partido Liberal y Rixi Romana Moncada de Libre.
Sobre el particular, Cossette López declaró que “hay una campaña sistemática que lo respaldan a él y me atacan a mí, me atacan a mi familia de manera muy violenta, están transgrediendo la ley, pero él también ha dicho que estamos ahí para montar un fraude, lo cual es su conducta es constitutiva de infracciones de ley al estar adjudicándome conductas que según él voy a cometer”.