Una humilde familia solicitó cadenas de oración ante la situación que viven al ser víctimas de constantes ataques por parte de un espíritu maligno en la comunidad de Pedernales, municipio de La Jigua, Copán, occidente de Honduras.
La familia Madrid Interiano relató que un “fantasma” atormenta principalmente a su hijo, quien está postrado en cama tras haber quedado paralizado debido a un balazo, producto de un atentado ocurrido hace varios años.
Según el padre del joven, los ataques han sido tanto físicos como materiales. El espíritu no solo ha causado daños a los objetos del hogar, arrojando muebles y electrodomésticos al suelo, sino que también ha agredido violentamente a su hijo.
“Le tira cosas, toma agua helada del refri, lo baja de la cama y lo golpea. Ayer, mientras yo no estaba, mi hermana me dijo que lo tiró al piso y lo golpeó en la cara”, comentó entre lágrimas la madre del joven a un medio local.
La familia cree que estos sucesos son el resultado de un maleficio o conjuro enviado por alguien con malas intenciones.
“Es un daño que le enviaron a mi hijo, creemos que es un espíritu maligno que no lo deja descansar” aseguró la madre, quien además comentó que el ente actúa de manera constante, tanto de día como de noche, sin importar la hora.
Las manifestaciones del espíritu también han dejado daños estructurales en la vivienda: “El espíritu arrancó piezas de los bloques de la pared y dañó varios electrodomésticos. Tuvimos que amarrar la refrigeradora y otros objetos para que no los siguiera tirando”, explicó el padre de familia.
Además, señaló que han recibido visitas de personas que han orado por la familia, pero los ataques no han cesado.
El hijo de la familia, quien se encuentra postrado en silla de ruedas, también ha dado su testimonio, describiendo que el espíritu se manifiesta como una “sombra negra” que lo asfixia y le quita el teléfono de las manos: «Siento que me agarra del cuello, es una sombra alta».
La familia hizo un llamado urgente a pastores evangélicos que tengan el don de echar fuera demonios o que puedan realizar un exorcismo para liberar su hogar de esta presencia maligna.
“Pedimos que alguien nos ayude, ya no podemos vivir así. El espíritu sigue atacando a mi hijo y nos tiene aterrorizados”, agregó la madre, quien ha tenido que dejar a su hijo solo en varias ocasiones para salir a pedir dinero y poder costear sus medicamentos.