La lucha contra la inflación que ha elevado las tasas de interés en gran parte del mundo, la caída del comercio, las guerras y escaladas de conflictos en distintas regiones y la lenta recuperación de China en la esfera internacional han llevado a la entidad financiera a pronosticar un crecimiento global de solo el 2,4% para 2024, es decir dos décimas menos que 2023 y muy alejado del 6,2% que reportó en 2021 en el rebote de la pandemia.
«El crecimiento a corto plazo seguirá siendo débil, dejando a muchos países en desarrollo, especialmente a los más pobres, atrapados en una trampa: con niveles paralizantes de deuda y un acceso tenue a los alimentos para casi una de cada tres personas», dijo Indermit Gill, economista jefe del Banco Mundial, en un comunicado.