La oficina central del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) en Tegucigalpa ha sido el epicentro de una ola de despidos que ha generado preocupación en la región. Cerca de 70 trabajadores han sido cesanteados, principalmente hondureños, seguidos por salvadoreños y nicaragüenses.
Según las denuncias, la mayoría de los despidos han recaído en empleados hondureños, sin registros de despidos de personal costarricense o guatemalteco, países de origen de la presidenta y vicepresidente ejecutivo del BCIE, Ana Gisela Sánchez Maroto y Jaime Roberto Díaz Palacios.
Los afectados recibieron notificaciones de despido de la Oficina de Recursos Humanos del BCIE, bajo instrucciones de la presidencia ejecutiva. Entre ellos, profesionales que participaron en eventos recientes como la asamblea de gobernadores del BCIE.
Los despidos no fueron discutidos en instancias técnicas competentes ni socializadas adecuadamente, generando inquietud entre el personal. Algunos consideran que se justifican en argumentos de eficiencia y austeridad, mientras otros señalan similitudes con prácticas de la década del 2000.
Los despidos no afectaron al personal del directorio, que representa una parte significativa del presupuesto destinado a salarios. Cada director, proveniente de los 15 países socios, recibe una remuneración considerable, además de contar con personal de apoyo.
El proceso de «reestructuración» impulsado por la presidenta ejecutiva del BCIE incluye medidas como el cierre de oficinas y la descentralización de funciones, generando preocupación en la región centroamericana, especialmente entre los trabajadores del BCIE y sus familias.
-Con redacción de quienopina.com