La exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos, advirtió este martes que el país atravesó un mes lleno de convulsión política y grandes acontecimientos con repercusión internacional.
“El último mes, estamos en un vórtice político de alto movimiento y de grandes acontecimientos nacionales con impacto internacional como imagen de país y de relaciones internacionales”, expresó Castellanos.
Entre los hechos más relevantes, mencionó las declaraciones de la embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Dogu, sobre la reunión sostenida entre el entonces ministro de Defensa y su homólogo venezolano, Vladimir Padrino, lo que generó controversia en el ámbito diplomático.
Asimismo, Castellanos señaló que el gobierno aprovechó esta coyuntura para denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos, lo que, a su juicio, ha sido un movimiento estratégico en el complejo panorama político actual.
Por otro lado, la divulgación de un video en el que aparece el exsecretario del Congreso Nacional, Carlos Zelaya Rosales, vinculado a actividades de narcotráfico, fue considerado por Castellanos como un golpe devastador para el gobierno, la presidenta Xiomara de Zelaya y el Partido Libertad y Refundación (Libre).
Castellanos argumentó que la imagen de la mandataria hondureña sufrió un deterioro tanto a nivel nacional como internacional a raíz de estos acontecimientos, afectando su reputación y la del partido oficialista.
El escándalo también provocó que el Partido Liberal tomara distancia de Libre, según Castellanos, para evitar ser asociado con el oficialismo, especialmente en los órganos electorales, lo que ha generado tensiones políticas adicionales.
En ese contexto, la exrectora opinó que la reciente declaración de inconstitucionalidad de las ZEDEs podría estar siendo utilizada como una distracción para desviar la atención de los problemas que enfrenta el gobierno.
Castellanos también fue consultada sobre la entrega pactada del exdirector de la Policía Nacional, Ricardo Ramírez del Cid, a las autoridades hondureñas, que solo reflejan los vínculos entre la Policía y el crimen organizado que marcaron la última década.
Finalmente, la académica subrayó que en el ámbito de la seguridad persisten desafíos importantes, como la extorsión, afirmando que “hay mucho trabajo por delante” en esa materia.