Washington, Estados Unidos.-La demanda presentada por el gobierno estadounidense contra Apple ataca al corazón mismo del modelo promovido la compañía, que ha construido su universo sobre la exclusividad de sus productos.
– Cultivar la diferencia –
Bajo la influencia de su cofundador, Steve Jobs, Apple ha buscado desde un comienzo ofrecer productos únicos, desfasados de sus competidores y muy centrados en la ergonomía y el diseño.
La empresa alguna vez esperó que su universo se convirtiera en el estándar de la industria, pero tuvo que rendirse ante Microsoft, que se impuso en la mayoría de las computadoras personales (PC) con su sistema operativo Windows.
Apple no cedió a la tendencia y mantuvo su propio sistema operativo: macOS, incompatible con otros PC.
Terminó permitiendo a los usuarios de Mac, su computadora insignia, instalar Windows a principios de la década de 2000, pero macOS sigue siendo su estándar.
– Preservar la exclusividad –
Después de sus computadoras de escritorio, Apple amplió su oferta a las portátiles a fines de la década de 1980, luego lanzó el iPod en 2001, el iPhone en 2007, el iPad en 2010 y el Apple Watch en 2015.
Este conjunto de productos, todos ellos dotados del sistema operativo Apple, constituye un mundo finito que se supone autosuficiente.
La sincronización y el cambio de un medio Apple a otro se han visto facilitados por la aparición de Internet y la informática remota (la llamada nube).
Pero a la hora de interactuar con el mundo exterior, enviar un mensaje de texto a un smartphone de otra marca o utilizar un Apple Watch con un teléfono que no sea el iPhone, la tarea se complica. Las posibilidades son más limitadas, las operaciones más largas o tediosas.
En 2022, al responder a la pregunta de un periodista que se quejaba de no poder enviar vídeos a su madre porque Apple no había adoptado el estándar de mensajería RCS (Rich Communication Services), vigente en todos los smartphones excepto el iPhone, el director ejecutivo de la empresa Tim Cook respondió: “Cómprale un iPhone a tu madre”.
– Los servicios, fuente de las ganancias –
Prácticamente inexistente antes de la llegada del iPod y luego del iPhone, la actividad de servicios se ha convertido en el motor de crecimiento de Apple y representa actualmente casi una cuarta parte de su volumen de negocios.
Este segmento, que reúne almacenamiento de datos (iCloud), plataformas de música en streaming (Apple Music) y video (Apple TV+), además de la tienda de aplicaciones App Store, brinda márgenes de ganancia enormes (superiores al 70%), mucho mayores al que le dejan sus demás productos.
Más que los equipos, son estas actividades las que le han valido también a Apple una serie de demandas en varios países, como la iniciada el jueves por el Departamento de Justicia estadounidense.
El grupo, creado hace casi 50 años, está acusado de disuadir a los consumidores de descargar una aplicación fuera de su App Store y de obligar a todos los desarrolladores de aplicaciones a pagarle una comisión por las compras realizadas por iPhone.
La dependencia gubernamental estadounidense también le reprocha haber impedido el desarrollo de determinadas aplicaciones o funcionalidades que compiten con sus propios servicios, manteniendo esta filosofía insular, a menudo llamada “el jardín amurallado”.
Además de un costo injustificado para los consumidores, el gobierno estadounidense acusa a Apple de ponerle trabas a la innovación, en particular cuando se trata de facilitar la operabilidad de los servicios con otros teléfonos inteligentes u otras plataformas.
Apple asegura por su lado que este dispositivo cerrado y las comisiones que factura le permiten garantizar la seguridad de sus usuarios y la calidad de sus productos.