Luego de las multitudinarias marchas contra el plan de vacunación y las restricciones en Francia como consecuencia del COVID-19, el presidente Emmanuel Macron respondió a aquellos franceses que se oponen a las medidas y a los planes de inoculación diciéndoles que ahora serían ellos quienes se quedarían en sus hogares sin poder circular. Las protestas se dieron luego de los anuncios hechos por el jefe de estado francés el pasado 12 de julio en el cual enumeró las nuevas restricciones producto de la pandemia del coronavirus.
“Estoy a favor de la línea francesa ahora mismo. Ya no tengo ninguna intención de sacrificar mi vida, mi tiempo, mi libertad y la de mis hijas, por quienes se niegan a vacunarse. Esta vez se queda usted en casa, no nosotros”, señaló el presidente francés en un mensaje transmitido a toda la sociedad. Una de los anuncios que más irritó a la población fue el uso de un certificado sanitario para poder ser parte de conciertos o reuniones en restaurantes o bares. Macron argumentó: “Es la única manera de volver a la normalidad”.
Marchas y protestas
Cerca de 100.000 personas protestaron el sábado en varias ciudades de Francia contra las medidas gubernamentales más recientes para presionar a la población a vacunarse contra el COVID-19 y frenar el alza de contagios de la variante delta del virus.
En París, marchas separadas de manifestantes de utraderecha y de la extrema izquierda se desarrollaron por distintas partes de la ciudad. Las protestas también se llevaron a cabo en Estrasburgo, en el este de Francia; en Lille, en el norte; en Montpellier en el sur y en otras regiones del país.
Miles de personas respondieron a los llamados de tomar las calles hecho por Florian Philippot, un político radical de ultraderecha y ex mano derecha de Marine Le Pen que anunció este mes que buscaría una candidatura presidencial para las elecciones de 2022. Congregados muy cerca del Museo Louvre, los manifestantes corearon “Macron, ¡lárgate!”, “Libertad” y golpeaban cacerolas con cucharones.
Las medidas anunciadas por el presidente Macron buscan frenar la diseminación de la variante delta del coronavirus y proteger a los hospitales de una nueva avalancha de infectados.
Macron ordenó que todos los trabajadores de salud estén vacunados para el 15 de septiembre y anunció que se requerirán pases especiales de COVID-19 en todos los restaurantes, bares, hospitales, centros comerciales, trenes y aviones. Para obtener el pase, que serán necesarios a partir del mes próximo, las personas deberán estar plenamente vacunadas, haberse recuperado recientemente del virus o tener una prueba negativa.
Las medidas han hecho que numerosas personas se registren para vacunarse en días recientes, pero también han generado furia entre algunos grupos.
En tanto el gobierno anunció controles fronterizos más estrictos a partir del domingo, pero dijo también que permitirá el ingreso de viajeros vacunados de cualquier parte del mundo. Eso incluye a quienes han recibido la vacuna de AstraZeneca producida en India.
Esa decisión se produjo luego de críticas en el mundo de que el certificado de COVID-19 de la Unión Europea solamente reconoce las vacunas de AstraZeneca producidas en Europa.
Varios otros países de la UE reconocen ya la vacuna india, que es usada en Gran Bretaña y en países africanos. La variedad de reglas de país a país ha complicado más la temporada de viajes de verano.
(Con información de AP y medios locales).-