El presidente francés, Emmanuel Macron, irradiaba alegría durante una conferencia de prensa del presidente de Microsoft, Brad Smith, al margen de una cumbre extraordinaria de inversores en París, a comienzos de mayo. Allí, el gigante tecnológico estadounidense Microsoft anunció inversiones adicionales de 4.000 millones de euros (unos 4.300 millones de USD) en el sector de centros de datos e inteligencia artificial (IA) en Francia hasta 2027. «El nuevo centro de datos de Microsoft será uno de los más grandes de Europa y nos ayuda a ser uno de los líderes en almacenamiento de datos e inteligencia artificial”, señaló Macron.
El verano pasado, Francia publicó una estrategia nacional con 500 millones de euros en inversiones para crear unidades de investigación deIA hasta 2030. Pocos meses después, en diciembre, la empresa emergente Mistral AI se unió a la liga de campeones de IA convirtiéndose en uno de los llamados unicornios del sector, es decir, en una compañía valuada en más de 1.000 millones de dólares.
Europa va a la zaga de los pesos pesados
Noah Greene, del Proyecto de Seguridad y Estabilidad de la IA del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense (CNAS), con sede en Washington, dice que el gobierno francés «apretó el botón» correcto cuando decidió convertirse en campeón de la IA. Pero hacer realidad esa ambición podría ser una lucha cuesta arriba, afirma el asistente de investigación a DW.
Dado que Estados Unidos es el claro líder del mercado de IA, y China ocupa el segundo lugar, por delante del Reino Unido, el rezago de los líderes de la UE, Francia y Alemania, no se debe sólo a factores tecnológicos, dijo Greene. «Estados Unidos ha estado en la cima durante tanto tiempo que los inversores prefieren poner su dinero aquí, porque saben que el talento institucional y la infraestructura ya existen».
Mientras tanto, Francia tiene un «código laboral muy complejo y las grandes empresas tecnológicas estadounidenses como Google han tenido dificultades con ello en ocasiones», añadió.
Francia «tiene excelentes investigadores de IA”
Pero Veronique Ventos, cofundadora de la startup NukkAI, con base en París, dice que nunca consideró que las leyes laborales francesas fueran un obstáculo. «Siempre supimos que estableceríamos nuestra empresa en Francia, con sus excelentes investigadores y numerosos programas de apoyo a las empresas emergentes», dijo a DW Ventos, que trabajó como investigadora de inteligencia artificial en la Universidad Paris-Saclay. Ventos afirma que la IA de la empresa se diferencia de otras porque «los humanos están totalmente integrados».
«Pueden observar sus procesos y se les dice por qué la IA hace ciertas recomendaciones y toma determinadas decisiones», explicó, y agregó que la tecnología utiliza muchos menos datos que otros algoritmos de IA y, por lo tanto, es más eficiente energéticamente. Hasta el momento, NukkAI tiene decenas de clientes, incluyendo al grupo aeroespacial francés Thales y a la OTAN, que usa esa tecnología para planificar su logística. La compañía también coopera estrechamente con universidades francesas y por eso tiene acceso al superordenador francés Jean Zay. Con sede en Saclay, en los suburbios del suroeste de París, Jean Zay es uno de los ordenadores más potentes de Europa con una capacidad de 36,85 «petaflops», lo que equivale a varios cuatrillones de operaciones por segundo.
Supercomputadoras contra la guerra de desinformación rusa
Christine Dugoin, profesora asociada del Observatorio de Inteligencia Artificial y Cátedra de Riesgos de la Universidad París 1 Pantéon-Sorbonne, cree que Francia, así como toda Europa, necesita más supercomputadoras, y más grandes. «Sólo así podremos competir en el ámbito de la IA», afirma a DW.
Próximamente se inaugurarán otras supercomputadoras en Jülich, Alemania, y en el departamento de Essonne, en París. Esas máquinas serán las primeras en Europa que superen la capacidad de un llamado exaflop por segundo, es decir, un quintillón de operaciones.
«Pero aún estamos detrás de EE. UU. y de China, que ahora anuncia haber superado a EE. UU. con su nueva máquina, Tianhe 3, que se supone que sobrepasa la capacidad de dos exaflops, lo que la haría la más rápida del mundo”, dice Dugoin. La experta piensa que se necesita un enfoque amplio para toda Europa, y no solo para enfrentar la competencia global. «Desde que Rusia comenzó a invadir Ucrania en 2022, ha estado desplegando una campaña de desinformación basada en inteligencia artificial contra Europa. La única forma de contraatacar es uniendo fuerzas», afirmó.
Unir fuerzas de IA en Europa
La compañía de defensa Helsing, basada en Múnich, Alemania, quiere hacer exactamente eso. La empresa, también un unicornio, fue fundada en 2021 y tiene oficinas en el Reino Unido y Francia.
El vicepresidente de Helsing, Antoine Bordes, indica que la guerra en Ucrania demostró que las democracias occidentales se están enfrentando «a un riego existencial, y necesitan esforzarse por crear una forma de soberanía en materia de tecnología de defensa común y la IA será clave para ello”.
Entre otras cosas, Helsing analiza datos de satélites o radares en tiempo real y provee con ellos información a tropas en tierra, en el aire y en el mar, también en Ucrania. Borders dijo a DW que, para que Europa sea capaz de alcanzar a EE. UU. y China, ser requiriría «un plan de inversiones de toda Europa en IA, también en lo que respecta a nuestra capacidad informática».
Philippe Aghion, profesor de Economía en las universidades INSEAD y Collège de France, de París, y en la London School of Economics, comparte ese punto de vista. En marzo fue coautor de un informe encargado por el gobierno francés que pedía una mayor inversión estatal en IA.
«El sector de la IA podría impulsar el PIB francés en un 0,8% anual durante los próximos diez años», dijo Aghion a DW, pero ese potencial sólo podría desarrollarse si el gobierno implementa «una política industrial adecuada e invierte al menos 25 mil millones de euros» en el sector.
Noah Greene, empero, no está tan seguro de que Europa sea capaz de usa su potencial. «Estados Unidos ha estado implementando una política de laissez-faire y poniendo la menor cantidad de obstáculos posible. La UE, por el contrario, aspira a convertirse en uno de los líderes en la regulación de la tecnología para proteger los derechos fundamentales».
Y, de hecho, en marzo, el Parlamento Europeo adoptó la llamada Ley de IA, que prohíbe el desarrollo de ciertas tecnologías consideradas demasiado peligrosas. Greene sostiene que sólo los líderes en tecnología de IA podrán «controlar las llaves del castillo y decidir cómo las autocracias utilizarán estos productos».
Veronique Ventos, de la startup NukkAI, cree que ni siquiera deberíamos intentar competir con gigantes de la IA como Google «en áreas en las que claramente están en otra liga», como el almacenamiento de datos. «Más bien deberíamos centrarnos en nuestras propias fortalezas, como las tecnologías en Francia, que combinan la IA con la robótica».
(cp/ers)
-Con redacción de DW en Español