Los trabajos de rescate de posibles supervivientes del terremoto que azotó este lunes el noroeste de China, causando 131 fallecidos, “básicamente han terminado”, según han informado hoy las autoridades.
Los equipos se centrarán ahora en tratar a los heridos y en reubicar a los residentes afectados, después de horas de intenso trabajo, bajo un frío extremo de hasta -14 grados centígrados.
Según el último recuento oficial ofrecido hoy, de los 131 fallecidos en el terremoto, 113 se registraron en Gansu y 18 en Qinghai.
A lo largo de todo el día de ayer, trabajadores de rescate llevaron a cabo operaciones de búsqueda en varias zonas, además de reparar las carreteras e infraestructuras afectadas por el sismo.
En respuesta a la catástrofe, las autoridades enviaron suministros para atender a los afectados: 2.600 tiendas de campaña, 10.400 camas plegables, 10.400 edredones y 1.000 juegos de estufas.
No obstante, el medio digital The Paper aseguró hoy que hay “una grave escasez” de tiendas de campaña para albergar a los desplazados, y que las bajas temperaturas son “un desafío que está poniendo a prueba los esfuerzos de ayuda”.