Los Globos de Oro encumbraron la leyenda de Steven Spielberg en el regreso de la gala a la televisión nacional estadounidense tras un año de castigo por las prácticas oscuras y dudosas de sus organizadores, la Hollywood Foreign Press (HFPA), incluyendo su falta de inclusión, sin un solo miembro negro hasta que el escándalo les obligó a abrir las puertas de par en par. Dos premios se llevó la biografía del director californiano, Los Fabelman -el de mejor drama entre ellos-, en una noche en la que la tragicomedia del irlandés Martin McDonagh, Almas en pena en Inisherin, terminó siendo la más galardonada con tres estatuillas doradas.
Spielberg confesó con el galardón a mejor director en la mano que Los Fabelman era una historia que había contado a trozos a lo largo de su carrera, en E.T., en Encuentros en la tercera fase, pero que «nunca había tenido el valor de hacerla de un golpe». El coraje lo reunió finalmente durante la pandemia junto a Tony Kushner, animado también por su mujer a hacerlo. Era ahora o nunca, con 76 años.