Un matrimonio y sus dos hijos murieron acribillados a balazos en el interior de una casa, en el inicio de Semana Santa, en la disputa de una propiedad de quince manzanas a manos de vecinos, cuatro de ellos detenidos inmediatamente por la policía en Cololaca, departamento de Lempira, occidente de Honduras.
Las víctimas mortales son Miguel Ángel Rivera (60), su esposa María Antonia Tobías (65), sus vástagos, María Eva Rivera (25) y otro que no fue identificado, entre 35 y 40 años, quien expiró en el hospital de San Marcos de Ocotepeque, hasta donde fue trasladado en un intento de salvarle la vida.
La familia se encontraba descansando en su casa habitación, cuando ingresaron los sujetos fuertemente armados dispararon contra todos los presentes, empezando por los jóvenes, terminar con la pareja de sexagenarios.
El homicidio múltiple, mal llamada masacre aconteció exactamente en la comunidad de Tecomapa en la aldea, Cololaca, un municipio fronterizo con El Salvador.
La hipótesis policial atribuye este baño de sangre a una vendetta entre las familias Rivera y los Henríquez, desencadenada por la disputa de tierras, ha generado un clima de hostilidad y violencia que ha afectado profundamente a ambas comunidades. La amenaza constante y las acciones agresivas han exacerbado las tensiones y han llevado a este trágico desenlace.
Durante el año se han registrado seis matanzas similares en diferentes sectores del país. Un promedio de nueve personas muere diariamente en hechos violentos, según cifras del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH).
Cuatro detenidos en tenaz persecución
Cuatro hombres fueron capturados por la matanza de esta familia luego de una tenaz persecución que concluyó con allanamientos en la aldea Las Flores, Cololaca, Lempira, muy cerca de donde aconteció el condenable homicidio múltiple.
Los detenidos son Francisco “Chico” Henríquez, originario y residente de aldea Tecomapa, donde se dedicaba a la labranza, Yester Omar García Vásquez, originario y residente de aldea El Obraje, siempre en Cololaca.
También fue sometido a la impotencia, Manuel Antonio Mejía, nativo y con domicilio en La Jigua, Copán, mientras, el cuarto detenido es Darlin Gómez Martínez, de Guarita, Lempira, y residente de aldea Las Flores, Cololaca.
En un esfuerzo por restablecer la paz y la justicia, la Policía Nacional de Honduras desplegó un equipo multidisciplinario de unos cien agentes que incluyó la participación de la Regional Policial No. 4 de Occidente, el Equipo de Intervención Móvil, elementos de las direcciones de Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (Dipampco), Policía de Investigación (DPI) y de Inteligencia Policial (Dipol).