Con paso rápido y seguro, Ayelen Torres recorre las calles de La Matanza, de donde con su amiga Sabrina Sosa recoge cartones y plásticos que hábilmente apila y aprieta en un carro. Esos desechos son el tesoro con el que dan de comer a sus hijos.
La pobreza afecta al 40% de los argentinos y es tema central de campaña de cara a las presidenciales del domingo 22 de octubre en uno de los países más ricos del mundo hace un siglo y que hoy padece una inflación anual de casi 140%.
«Yo me siento como una heroína. Hay que tener fuerza y valentía para dedicarse a esto», asegura Ayelen, de 25 años y madre de dos niñas, que ha vivido siempre en La Matanza, uno de los más codiciados centros de votación de Argentina, con un millón de electores.
Sobre las elecciones que disputan en primera vuelta el libertario ultraderechista Javier Milei, el ministro de Economía peronista Sergio Massa y la conservadora Patricia Bullrich, ella no tiene mayores expectativas.
«Gane quien gane igual tendré que levantarme a las seis de la mañana para ir a cartonear», dice.
En un par de horas, las dos mujeres vestidas con camiseta o chaleco azul marino que las identifica como parte de la cooperativa han juntado 76 kilos de materiales que ahora serán clasificados en el centro de reciclado de La Matanza.
En una buena jornada, pueden duplicar esa cantidad y también el pago con el que capean la grave crisis económica de Argentina.
«El cartón es el pan nuestro de cada día», dice risueña Sabrina, de 29 años, madre de un niño de siete al que cría sola. Está embarazada de tres meses y quiere seguir trabajando en la cooperativa Construyendo desde abajo, a la que ingresó después de la pandemia, hace casi tres años.Antes había trabajado en una pizzería, de vendedora en una feria y también de niñera. Nunca ha tenido un contrato formal.