Francisco Gonzalo Velásquez salió a las calles este lunes 16 de octubre, como cientos de guatemaltecos, para reiterar el pedido colectivo del paro nacional de los últimos 15 días: la renuncia de la fiscal general, Consuelo Porras, así como de otros funcionarios judiciales, por intentar bloquear la investidura del presidente electo, Bernardo Arévalo.

Pero Francisco no regresó a su hogar. Fue asesinado cuando se encontraba en el bloqueo de una vía en el cruce de Orizaba, Malacatán, en departamento de San Marcos, noroeste del país.

“Era jornalero, sembraba malanga. Hoy lo siguen velando”, informó Fía Heisenberg, de la organización Antigua al Rescate, en su red social X. El Cuerpo de Bomberos confirmó el deceso de una persona y varios heridos por disparos.

Testigos, según reportan medios locales, contaron que  hombres encapuchados y armados llegaron al lugar de la manifestación y abrieron fuego.

En otros puntos del país, así como en la capital, Ciudad de Guatemala, también se registraron actos violentos contra la ciudadanía. La crítica, según el Comité De Desarrollo Campesino (Codeca), es que había presencia policial y no tomaron acción inmediata.

“Denunciamos y repudiamos esta represión contra el pueblo de Guatemala, que de manera pacífica está manifestándose en contra de la corrupción y exigiendo cambios estructurales”, publicó la organización en un comunicado.

Por su parte, el Ministerio de Gobernación negó que los atacantes formen parte de la Policía Nacional Civil y dijo que, luego de los disparos, se coordinó la búsqueda de los vehículos involucrados y se logró la detención de 11 presuntos responsables. Además, reportaron que hay una patrulla de la Policía y un vehículo particular incendiados.