Sobreviviente a Zetas: “No volvería a sufrir de nuevo, aunque mi hijo está allá”

Esperanza Martínez es una migrante hondureña, que estuvo cara a cara con la muerte por salir a buscar el tan anhelado “sueño americano”, que, al poco tiempo de emprender la ruta hacia los Estados Unidos, se convirtió en una pesadilla al llegar a la frontera entre México y la unión americana.

Como su nombre lo indica, iba llena de esperanzas, deseaba reunirse con su hijo, a quien no mira hace más de cinco años; el menor se encuentra junto a su padre solicitando una oportunidad de asilo en los Estados Unidos, ambos están a la espera de ser llamados por el juez de la corte.

Esta mujer de 37 años es una de los miles de migrantes de Honduras, (como tantas otras de naciones diferentes), que se atrevieron a cruzar hacia los Estados Unidos de forma ilegal, enfrentó los peligros en el camino, aguantó hambre y sed, fue entregada a los miembros del cartel del Golfo Nueva Generación, estructura criminal para poder cruzar el río Bravo.

Carlos García

Editor

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