Desde el 15 de abril, la guerra en Sudán ya ha dejado más de 1.800 muertos y dos millones de desplazados, de los cuales 476.000 han encontrado refugio en los países vecinos. En Jartum, ciudad asolada por los combates, un orfanato situado en medio de una zona de conflicto acoge a más de 350 niños que sobreviven en extrema precariedad.
Desde el 15 de abril, Sudán está hundido en una guerra civil entre el Ejército del general Abdel Fattah al-Burhan y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
En medio de los combates que asolan Jartum, la capital, el orfanato de Mygoma acoge a más de 350 niños que viven en condiciones extremadamente difíciles, abandonados por la gran mayoría del personal.
Los niños pasaron 60 días sin casi ninguna asistencia hasta que el pasado 7 de junio, un equipo de la Cruz Roja, alertado por el destino de los niños, llegó al orfanato. El personal humanitario descubrió 70 niños muertos.
Sin embargo, la organización humanitaria consiguió rescatar a 280 niños y bebés en estado crítico y trasladarlos a un lugar seguro, fuera de Jartum.
Según la Unicef, 13,6 millones de niños siguen siendo vulnerables en Sudán, amenazados por los combates, los desplazamientos y la falta de atención vital.