El segundo ataque ruso con misiles contra Kiev esta semana dejó al menos 53 personas heridas y dañó viviendas y un hospital infantil, según informaron este 13 de diciembre las autoridades ucranianas, mientras el presidente Volodímir Zelenski pedía más ayuda para su país.
Kiev se despertó con explosiones y sirenas antiaéreas. Un ataque con misiles rusos alcanzó la capital ucraniana en la madrugada del miércoles 13 de diciembre, hiriendo a decenas de personas, según las autoridades.
Las ventanas de los bloques de apartamentos volaron por los aires y los residentes salieron a la calle para evaluar los daños. Los restos de los misiles abrieron un gran cráter en el suelo y destruyeron coches aparcados.
Los sistemas de defensa antiaérea de Ucrania derribaron los 10 misiles balísticos que apuntaban a la capital en torno a las 3:00 a.m., informó la Fuerza Aérea de Ucrania en la aplicación Telegram.
«Ayer mismo, el presidente (de Estados Unidos, Joe) Biden y yo acordamos trabajar para aumentar el número de sistemas de defensa antiaérea en Ucrania. El Estado terrorista demostró lo importante que es esta decisión», escribió Zelenski en Telegram, en referencia a Rusia.
La caída de escombros causó heridos y destrozos en cuatro distritos de Kiev situados a orillas del río Dnipro, que atraviesa la capital, según las autoridades. 35 edificios resultaron dañados, según la administración militar de la ciudad.
La policía nacional ucraniana informó que 53 personas, entre ellas seis niños, habían resultado heridas por el ataque. 18 personas han sido hospitalizadas, añadieron en un mensaje en las redes sociales.
«No había sirena antiaérea. Hacia las 4:00 a.m. oí una explosión. Huimos al pasillo, (la onda expansiva) me lanzó contra las puertas», dijo a Reuters Olena Ustinova, de 45 años, empleada de la administración local.
«Recuperé el conocimiento y empecé a sacudir las puertas, pero estaban bloqueadas. Grité pidiendo ayuda desde mi balcón y los trabajadores de emergencias vinieron a ayudarme».
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania identificó los proyectiles como misiles balísticos Iskander-M, así como S-400; misiles extremadamente rápidos destinados a la defensa antiaérea, pero que también se han utilizado para alcanzar objetivos terrestres.