Los egipcios acudieron este martes 12 de diciembre a las urnas por tercer y último día de votación para elegir a su futuro presidente. Se prevé que el actual jefe de Estado y antiguo general, Abdelfatah al-Sisi, renueve su mandato con una victoria aplastante en ausencia de una competencia real. Los observadores de la oposición denunciaron varias irregularidades, como sobornos a los votantes.
Egipto celebró este martes 12 de diciembre su último día de votación de las elecciones presidenciales. Se prevé que el actual presidente Abdelfatah Al-Sisi se mantenga en el poder por tercer mandato consecutivo, desde 2014.
El actual presidente se enfrenta a otros tres candidatos de distinto signo, lo que, según el oficialismo, muestra el «serio camino del Estado hacia la transformación democrática, el pluralismo partidista y la competitividad política».
Sin embargo, estos tres candidatos son ampliamente desconocidos por la población. El mayor oponente desistió de su candidatura en octubre, denunciando ataques a sus partidarios por parte de funcionarios. La Autoridad Nacional Electoral (ANE) rechazó estas acusaciones.
Muchos egipcios han mostrado escaso interés en las elecciones.
Para las autoridades, el objetivo de estas elecciones era incentivar al máximo la participación de los 67 millones de egipcios llamados a las urnas para poder legitimar el resultado de los comicios. Los medios de comunicación locales, controlados por el poder, hicieron una importante campaña para instar a los ciudadanos a acudir a votar por «deber nacional».
Según la ANE, la participación ya había alcanzado el 45% el lunes, celebrando una «amplia afluencia» de votantes «sin precedentes». En las últimas elecciones, en 2018, la participación superó el 41% y Al-Sisi triunfó con 97% de los sufragios.
Sin embargo, se reportó manipulación por parte del partido oficialista Mustaqbal al Watan (Futuro de la Patria), para aparentar una alta participación, como denunciaron observadores de dos candidatos opositores.
En el colegio electoral de Gamaiya al Jairiya, en el centro de la capital, unos 50 niños, que habrían sido reclutados por el partido Mustaqbal al Watan, hicieron cola para pretender que había gran afluencia ante la presencia de pocos electores en el centro de votación.
