Una tormenta excepcionalmente fuerte, con violentos vientos e intensas nevadas, ha golpeado el sur de Rusia y las regiones ocupadas de Ucrania, dejando a cerca de dos millones de personas sin electricidad. Estas condiciones climáticas extremas afectan los combates en el frente y hacen temer a Ucrania que Moscú ataque las redes eléctricas del país durante el invierno.
La violenta tormenta, que fue calificada de «tormenta del siglo» por los medios de comunicación rusos, ha golpeado al sur de Rusia, a la región anexionada de Crimea y a varias áreas ucranianas ocupadas por Rusia, como Donetsk, Lugansk, Zaporizhia o Jerson. Se reportaron al menos cuatro muertos por las condiciones meteorológicas y cerca de dos millones de personas estarían sin electricidad, informó este lunes 27 de noviembre el Ministerio de Energía ruso.
En Crimea, una de las regiones más afectadas, el Mar Negro se desbordó sobre las autopistas. El gobernador de la región, el ruso Serguéi Aksiónov, declaró el lunes el estado de emergencia con una jornada de descanso por estas inundaciones.
Según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, el presidente ruso, Vladímir Putin, recibió informes de «catástrofes meteorológicas» y declaró que su Gobierno tomará medidas para ayudar a las regiones afectadas.
En Ucrania, una tormenta de nieve obligó a cerrar decenas de autopistas y dejó a más de 1.600 localidades sin electricidad, especialmente en el centro de Kiev y el sur de las regiones de Odesa y Mykolaiv, según Oleksandr Khorunzhyi, responsable de prensa del servicio estatal de emergencias. En la región de Odesa, se reportaron al menos 13 heridos.
La tormenta dificulta los combates en las zonas de guerra
En Kiev, unos habitantes encuestados por Reuters afirmaron que las duras condiciones meteorológicas no les molestan, pero que sí les preocupan sus soldados.
«Es solo el tiempo normal. Lo más importante es mantener a los chicos calientes en las trincheras. Aquí sobreviviremos», dijo Veronika a la agencia.
Por su parte, Anna, cuyo marido sirve en el Ejército, intenta ayudar a los soldados a sobrevivir a las extremas condiciones meteorológicas.
«Soy voluntaria, ayudamos a los soldados, les preparamos comidas calientes, té caliente. Les animamos con nuestro apoyo. Les damos todo lo que tenemos. Les apoyamos con cariño. Siempre les recordamos que estamos con ellos, que les queremos y esperamos a que vuelvan”, explicó a Reuters.
Para encarar las malas condiciones climáticas en el frente, se están empleando menos aviones y más drones. Los ataques también incluyen menos columnas motorizadas y más soldados de infantería.
Los ucranianos temen que Moscú aproveche el invierno para atacar a sus redes eléctricas. El sábado 25 de noviembre, la capital ucraniana sufrió el mayor ataque de drones rusos desde el comienzo de la guerra, como consecuencia, varios edificios fueron temporalmente desconectados de la red eléctrica. En 2022, masivos ataques rusos contra infraestructuras esenciales ucranianas habían sumido a millones de personas en el frío y la oscuridad.