La redada israelí, la más grande y violenta de lo que va de 2022 en la Cisjordania ocupada, deja un saldo de cuatro víctimas mortales y más de 40 personas heridas.
Los fallecimientos fueron confirmados por el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que identificó a los muertos como Mohammad Mahmoud Alouneh, Ahmad Nathmi Alawneh, Mohammad Abu Naaseh y Abed Fathi Hazem.
La muerte de Hazem fue además confirmada por un portavoz del Ejército israelí, que lo identificó como hermano de Raad Hazem, responsable de un importante ataque en la ciudad israelí de Tel Aviv en abril.
Por otra parte, tanto él como Alouneh habrían estado involucrados en una serie de ataques recientes contra israelíes y en la planificación de futuros ataques adicionales, según fuentes policiales de Israel.
Hazem y Alouneh murieron durante el sitio de las fuerzas israelíes en una casa en Yenín en la que se encontraban, mientras que Alawaneh falleció por el impacto de una bala en la cabeza en el marco de enfrentamientos armados entre jóvenes palestinos y soldados israelíes en las calles aledañas. Aún no se han dado a conocer las circunstancias de la muerte de Naaseh.
Wafa informó además que otros palestinos resultaron heridos durante la operación israelí, varios de los cuales se encuentran en estado crítico.
Un portavoz de Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), describió la operación israelí de este miércoles como una «grave escalada», que no hace más que contribuir a la ya creciente inestabilidad en la zona y dañar la situación de seguridad.
Por su parte, el primer ministro de la ANP, Mohamed Shtayeh, denunció que el derramamiento de sangre palestina es utilizado por Israel en el marco de la campaña electoral de cara a los comicios del próximo 1 de noviembre.