Al menos 15 personas murieron, incluidos 11 niños, después de que un hombre armado abriera fuego en una escuela en la ciudad de Izhevsk, en el centro de Rusia.
El ataque fue el último de una serie de tiroteos en escuelas que han sacudido a Rusia en los últimos años y llegó con el país nervioso por los esfuerzos para movilizar a decenas de miles de hombres para luchar en Ucrania.
El Ministerio del Interior de Udmurtia ha indicado en un mensaje en su cuenta en Telegram que los agentes han hallado en el interior del centro el cadáver del atacante. «Según las informaciones disponibles, se ha suicidado».
El atacante llevaba una camiseta negra «con símbolos nazis», aunque todavía no se han dado más detalles sobre su identidad.
Sin embargo, minutos después el Comité de Investigación de Rusia, organismo que se ocupa de procesar los delitos más graves, reveló que el autor de la matanza respondía al nombre de Artem Kazantsev, un hombre de unos 30 años, y dijo que había estudiado en el centro.
Las autoridades locales, trabajan en el establecimiento y tras el ataque evacuaron rápidamente a toda la escuela, donde arribaron al menos 14 ambulancias y equipos médicos. Por su parte, Vladímir Putin calificó el hecho como un “acto terrorista inhumano”.
