Santa Rosa de Copán, Honduras. A los 14 años, Manuel Torres ya tenía claro su propósito: abrir su propio negocio de lavado de carros. Hoy, con 20 años cumplidos, ese sueño que tanto le costó alcanzar se tambalea ante la dura realidad económica de su comunidad.
“Está difícil. No hay clientes, y a veces no entra ni un solo carro”, confesó el joven emprendedor en declaraciones al medio El Reportero de Copán. Su carwash, ubicado cerca del Batallón de Infantería del municipio de Santa Rosa de Copán, apenas logra cubrir los gastos básicos. La semana pasada, relata, ni siquiera pudo abrir porque no contaba con dinero para poner a funcionar la bomba de agua.
Manuel no improvisó su camino. Aprendió el oficio desde la adolescencia, trabajando con otros lavadores. “Desde los 14 empecé a lavar vehículos. Me enseñaron chasis, motores, detallado… yo sé lo que hago”, afirma con orgullo. Sin embargo, su preparación y dedicación no han sido suficientes frente a la falta de clientela y el peso de las deudas.
A pesar del panorama adverso, no se rinde. “Mi sueño es que se llene esto de carros. Yo quiero trabajar, pero necesito que la gente me dé la oportunidad”, expresa con la voz entrecortada. Confiesa que ha pensado en cerrar, pero se aferra a la esperanza de que la situación pueda cambiar.
Desde su modesto local, lanza un llamado: “Si son de buen corazón, échenme la mano. Traigan su carro, yo se los dejo al 100, bien chainiados”, dice con entusiasmo.
Además, envía un mensaje de aliento a otros jóvenes que, como él, quieren emprender: “Que no se rindan, que busquen su propio negocio. Aunque cueste, hay que intentarlo”.
Manuel no pide caridad. Pide trabajo. Pide una oportunidad. Su historia es la de muchos jóvenes hondureños que, con esfuerzo y determinación, intentan construir un futuro desde cero. Y aunque su sueño comenzó con solo una cubeta y un trapo, aún no está dispuesto a dejarlo morir.
Quienes deseen apoyarlo, pueden contactarlo al 8993-0796, vía WhatsApp o llamada directa.