Los mercados de la capital hondureña, Tegucigalpa, se enfrentan a una preocupante escasez de bananos verdes, conocidos como guineos en Honduras, y zanahorias, a raíz de problemas en la exportación desde Guatemala. Este desabastecimiento se debe a un conflicto político en Guatemala que ha paralizado gran parte del país, con más de 100 carreteras bloqueadas por manifestantes que exigen la renuncia inmediata de la fiscal general y jefa del Ministerio Público, Consuelo Porras Argueta.
A pesar de las advertencias del presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, de tomar medidas contra los líderes de las protestas y despejar las carreteras, la situación en Guatemala sigue sin resolverse.
El impacto de esta crisis se extiende a El Salvador, donde el abastecimiento a nivel nacional se ve afectado a medida que los tiempos de transporte de productos se duplican, e incluso triplican, limitando la cantidad y disponibilidad de productos en el país vecino.
Las protestas en Guatemala comenzaron hace una semana, lideradas por la organización indígena 48 cantones del departamento de Totonicapán en el oeste del país, y se han extendido a diversos gremios, incluyendo universidades, médicos y comerciantes. Los manifestantes exigen la renuncia de la jefa del Ministerio Público por su presunta interferencia en los resultados de las elecciones celebradas en junio y agosto, que sorprendentemente llevaron al académico Bernardo Arévalo de León a la presidencia. El propio presidente electo acusó a Porras Argueta de intentar llevar a cabo un «golpe de Estado» en su contra en un esfuerzo por evitar su investidura en enero de 2024. La situación en Guatemala y sus repercusiones en la región continúan siendo motivo de preocupación.
