Firmas de combustibles fósiles llevan cientos de empleados a la cumbe climática de la ONU

Muchos asistentes a la cumbe climática de la ONU COP28 son empleados de empresas y organizaciones con intereses en los combustibles fósiles, e incluso de grandes firmas petroleras.

Al menos 1.300 empleados de organizaciones con intereses en los combustibles fósiles se han registrado para asistir a las negociaciones climáticas de Naciones Unidas en Dubái, más del triple de lo que encontró un análisis de AP de la cumbre del año pasado, después de la entrada en vigor de nuevas normas que requieren a los asistentes identificar a su empleador.

Además de esa nueva norma, la cifra podría haberse visto impulsada por un incremento en la asistencia a la cita, tras un año de calor récord y fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático. Las inscripciones para la conferencia son casi el doble que el año pasado.

El organismo de Naciones Unidas que gestiona la conferencia también publicó detalles de muchos más asistentes que en años anteriores, incluidas personas que no se consideran parte de las delegaciones oficiales de los estados.

Los cientos de personas vinculadas a los combustibles fósiles suponen apenas una pequeña parte de los 90.000 inscritos para asistir a la cumbre climática de este año, conocida como COP28. Pero los ecologistas han cuestionado con frecuencia su presencia en un evento donde las negociaciones importantes tienen que apuntar al corazón de sus negocios.

Bob Deans, director de participación estratégica en el Consejo de Defensa de Recursos Naturales, con sede en Estados Unidos, dijo que su grupo confía en que las negociaciones de este año hayan llegado al punto en el que el gas y el petróleo “puedan empezar a cambiar de ser la parte más grande del problema climático a finalmente ser parte de la solución”.

“La industria necesita cambiar de un modelo de negocio que se basa en destruir el planeta”, dijo Deans, cuyo grupo inscribió a casi dos docenas de asistentes. “Ese modelo de negocio tiene que cambiar. Dubái tiene que ser el punto de partida”.

Las compañías representadas por los más de 1.300 empleados son responsables de una gran parte de las emisiones globales, por lo que deben tener un lugar en la conferencia, afirman.

El presidente de COP28, Sultan al Jaber, fue criticado durante meses antes de ejercer su papel en la cumbre debido a su otro trabajo, dirigir la petrolera estatal de Emiratos Árabes Unidos. Al Jaber mencionó el tema del papel adecuado de las empresas de combustibles fósiles en su discurso de apertura.

“Dejemos que la historia refleje el hecho de que esta es la presidencia que tomó una decisión audaz de tratar de forma proactiva con las empresas de gas y petróleo”, dijo Al Jaber. A continuación, elogió a muchas de esas firmas por sus compromisos de reducción de emisiones, aunque añadió que “debo decir, no basta y sé que pueden hacer más”.

Al Jaber anunció el sábado que 50 petroleras que suponen casi la mitad de la producción global habían prometido alcanzar las emisiones netas de metano y poner fin a la quema rutinaria para 2030. Expertos y ambientalistas lo describieron como significativo e importante, pero insuficiente.

La COP28 se celebra en un clima de creciente urgencia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El calentamiento global alcanzó los 1,25 grados Celsius en octubre en comparación con la era preindustrial, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, de la Agencia Espacial Europea.

Además, la ONU advirtió en un informe en septiembre que “la ventana de oportunidad para asegurar un futuro habitable y sostenible para todos se está cerrando con rapidez”.

Carlos García

Editor

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