La orden de Jon Tigar, juez federal responsable del Distrito Norte de California, deroga la medida migratoria impulsada por el Gobierno estadounidense que restringía el acceso al asilo en el país a todos aquellos migrantes que hubieran atravesado otras naciones sin haber primero pedido resguardo en ellas. La Administración Biden apeló la decisión horas después.
En una decisión escrita de 35 páginas, el juez Tigar argumentó que el «riesgo de violencia» que experimentan los migrantes en países como México, Colombia y Belice hace «imposible» que las personas que desean entrar en Estados Unidos como refugiados puedan esperar por su turno para entrar al país.
«Mientras esperan que se resuelva su solicitud, los solicitantes de asilo deben permanecer en México, donde suelen correr un mayor riesgo de sufrir violencia por parte de agentes estatales y no estatales», afirmó Tigar.
La medida, que empezó su aplicación hace dos meses, va a seguir en pie por lo menos 14 días después del fallo del juez por decisión de este último. El Departamento de Justicia estadounidense apeló inmediatamente la orden de Tigar en el Tribunal de Apelación del Noveno Circuito, afirmando que tienen confianza en la legalidad de la norma.