Joe Biden ingresa al último fin de semana de la campaña presidencial con un intenso enfoque de apelar a los votantes de raza negra, cuyo apoyo será crucial en su intento para vencer al presidente Donald Trump.
El candidato demócrata iba a reunirse el sábado con su antiguo jefe, Barack Obama, para unos eventos en Michigan. Realizarían cinco mítines en Flint y Detroit, que son ciudades con una gran población de afroestadounidenses y donde una fuerte participación sería esencial para reconquistar el estado, que fue demócrata durante mucho tiempo hasta que Trump se llevó la victoria allí en 2016.
Los recuerdos de la victoria de Trump en Michigan y en el resto de la parte superior de la región centro norte del país siguen en la mente de muchos demócratas durante esta recta final. Eso deja a Biden en la posición de tener una ventaja consistente en las encuestas a nivel nacional y una ventaja en la mayoría de los estados decisivos, incluido en Michigan, pero aún así enfrenta la ansiedad de que todo podría derrumbarse.
Trump, en tanto, emprendió una acción agresiva en Pensilvania, enfocándose en su base de votantes de clase trabajadora y blancos. El presidente tenía programados cuatro eventos el sábado en el estado, que iban desde la punta más al este cerca de Filadelfia hasta la punta oeste al norte de Pittsburgh.
Los republicanos están apostando que Trump puede ganar un segundo mandato al impulsar la participación entre su base de simpatizantes más sólida —hombres blancos sin estudios universitarios y votantes rurales— al tiempo que limita la ventaja de Biden entre los afroestadounidenses y latinos. Los demócratas de varios estados indecisos temen que los votantes de color no estén tan entusiasmados por Biden como para presentarse en los números que necesitan.
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Eggert informó en Lansing, Michigan y Madhani en Washington. Los periodistas de The Associated Press Alexandra Jaffe en Des Moines, Iowa, y Zeke Miller en Washington contribuyeron a este despacho.