El gobierno de Luis Arce dispuso que sus muy obedientes jueces convoquen a tres obispos y algunos sacerdotes y les inicien acciones penales por haber participado en el “golpe” de noviembre de 2019 contra Evo Morales.
Según el expresidente Carlos Mesa, se trata de una tramoya montada por el gobierno del MAS para cubrir el fraude electoral cometido por Morales hace más de tres años, fraude que obligó al parlamento dominado por ese partido a anular las elecciones.
El partido del gobierno, ahora muy dividido, sólo se muestra unido cuando sostiene que Morales fue derrocado por un “golpe”, mientras el resto del país está convencido de que el cocalero renunció y escapó en 2019.
Ahora, el procurador general del Estado ordenó al fiscal Omar Mejillones convocar a los obispos Ricardo Centellas, Aurelio Pesoa y Giovanni Arana, y acusarlos de haber participado en el “golpe” de 2019, la primera acción de un gobierno contra la Iglesia católica desde que volvió la democracia, hace cuarenta años.
La Iglesia católica respondió este fin de semana: cuestionó que la administración de justicia en el país “no sea igual para todos” y lo hizo en el contexto del mensaje semanal pronunciado por sacerdotes y obispos. A través del arzobispo de Paz, Percy Galván, aseguró que el clero católico asistirá a la convocatoria de fiscales y de otras instancias para informar el alcance de su actuación en el contexto de la crisis política de 2019.
“Como Conferencia Episcopal, y como Iglesia, hemos fijado la postura de estar siempre a disposición para aclarar cualquier duda sobre este tema, el de nuestra participación como obispos y en la participación de la Iglesia en aquellos momentos tan difíciles y críticos que le tocó vivir a nuestro país”, dijo el vocero episcopal.
Por su parte, Carlos Mesa comparó este hecho con los abusos que la dictadura de Nicaragua comete también contra la Iglesia católica, especialmente el obispo Rolando Álvarez: “En su afán de ocultar el fraude monumental de 2019 evidenciado por la OEA, la UE y observadores internacionales; y emulando al dictador Ortega, el MAS ahora busca perseguir a Obispos que defienden la democracia y los DDHH. La persecución política en su más cruda ejecución.”