Casi un año después, opositores y afines al Kremlin han perdido miedo a la palabra tabú, a la expresión que estaba prohibida pronunciar bajo pena de multa o cárcel al hablar sobre Ucrania. “Es una guerra, no una operación especial. Hace falta una movilización general”, ha advertido el líder del Partido Comunista, Guennadi Ziugánov, el gran bastión histórico de Vladímir Putin entre los demás partidos fieles al presidente ruso.
El rápido avance de las tropas ucranias en la última semana ha provocado conmoción en Rusia y el entorno del mandatario intenta apagar el fuego desatado en sus filas.
El portavoz de Putin incluso ha llegado a lanzar una advertencia: cualquier crítica, venga de opositores o de ultranacionalistas, será susceptible de ser juzgada. De momento, esta semana solo pasarán por el tribunal los concejales de San Petersburgo que pidieron el cese del mandatario.
“La guerra y la operación especial son de raíces diferentes. Puedes detener la operación especial, pero no puedes detener la guerra aunque quieras. Esta tiene dos resultados: la victoria o la derrota.
La de vencer en Donbás es la cuestión de nuestra supervivencia histórica. Todos en este país deberían valorar de manera realista lo que está sucediendo”, dijo Ziugánov este martes ante el Parlamento.
El político, de 78 años y al frente de los comunistas desde 1993, pronunció un término que las llamadas leyes contra la desacreditación de las Fuerzas Armadas prohíben.