Kiev fue blanco de ataques con drones en la noche del domingo al lunes 8 de mayo que dejaron al menos cinco heridos y causaron daños en varias zonas de la capital.
En Odessa y Sebastopol también se registraron hostilidades.
Por su parte, el grupo paramilitar Wagner anunció que seguirá combatiendo en la ciudad de Bakhmut luego de que Moscú prometiera más armas y municiones.
Mientras este lunes 8 de mayo se conmemora la victoria aliada sobre la Alemania nazi y el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa en 1945, Kiev fue el objetivo de nuevo ataques.
Cerca de 35 drones rusos fueron derribados en la noche del domingo al lunes, según la administración de la capital ucraniana. La ola de ataques dejó al menos cinco heridos y causaron daños a la infraestructura de la ciudad.
«Estábamos muy asustados porque oímos los drones por primera vez. Volaban muy bajo. Nos dio mucho miedo. Es triste que haya quedado gente herida», confió Vladyslav, residente de la capital.
La región de Odessa también fue blanco de ataques durante la noche, según la administración militar regional.
«Un misil X-22 alcanzó una infraestructura logística, un almacén de víveres provocando un grave incendio», declaró el Mando Aéreo Ucraniano.
Por otra parte, la administración rusa en Crimea afirmó el domingo haber repelido un ataque nocturno con una decena de drones, que atribuyó a Ucrania.
La embestida habría tenido como objetivo la ciudad portuaria de Sebastopol, puerto base de la flota rusa del mar Negro y regularmente objeto de ataques con drones.
Según Moscú, las aeronaves no tripuladas fueron neutralizadas por la defensa antiaérea. «Ninguna infraestructura de la ciudad resultó dañada», declaró Mijaíl Razvojaev, gobernador de la ciudad.
Según analistas, la contraofensiva ucraniana, destinada a reconquistar los territorios ocupados por Rusia en el este y el sur del país, ya habría empezado a «nivel estratégico»..