Demostración de fuerza de los talibanes tras cumplirse un año de la retirada del último soldado estadounidense de terrirorio afgano.
Organizaron un desfile en la antigua base de Bagram, el otrora más importante bastión de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, en el que alardearon de la numerosa artillería abandonada por sus enemigos de la OTAN y de Estados Unidos tras su retirada precipitada.
Pero para abrir el desfile los líderes talibanes eligieron la unidad Istishhad, como se denomina a la brigada suicida que se creó durante la guerra, y que ahora forma parte integral de su defensa.
El acto sirvió también al Gobierno de los islamistas radicales para presumir de sus reformadas Fuerzas Armadas que tuvieron que levantar desde los cimientos tras el fin de la guerra y la desintegración del antiguo Ejército.
Este nuevo «Ejército islámico» cuenta según datos del Ministerio de Defensa afgano con 150 000 miembros.