Nada los detiene. Tomados de la mano, asegurándose de que el caudal no sea más fuerte que ellos, grupos de migrantes llegan hasta el alambre de púas instalado por autoridades estatales para evitar el cruce ilegal, justo debajo de los puentes internacionales que conectan vehículos, peatones y trenes entre Piedras Negras, México y territorio estadounidense.
Entre las temperaturas que alcanzan hasta los 40 grados Celsius y el polvo que se levanta con cada paso, las personas encuentran alternativas para realizar el cruce de cuya naturaleza ilegal están conscientes.
“Es fuerte pero es el momento que estábamos esperando”, dijo Sergio, un hombre venezolano que ayudó a colocar cobijas y prendas de ropa sobre el alambre hasta que logró poner su pie por encima y lo aplastó para abrir paso a quienes venían detrás.
Durante la última semana de septiembre más de 1.200 migrantes llegaban hasta el alambre de púas y una y otra vez, decidían pasar por encima o por debajo para ingresar al área donde oficiales de la Patrulla Fronteriza los observaban e instruían a caminar hacia otra área.
Fuente: La Voz de America