Francia se juega su prestigio dentro de seis meses con los Juegos Olímpicos

Cien años después de los Juegos Olímpicos en blanco y negro de 1924, Francia se juega su imagen dentro de seis meses con la edición de 2024 (26 julio-11 agosto), que tendrá lugar en un contexto internacional especialmente tenso.
«Desde hace diez años estamos trabajando duro para que Francia deslumbre, para que Francia acoja al mundo y sé que estaremos preparados», promete el presidente del comité organizador, el tres veces campeón olímpico en canotaje Tony Estanguet, que considera este evento «el principal momento universal».
La promesa de unos Juegos Olímpicos de tarjeta postal con escenarios en el centro de París (Torre Eiffel, Plaza de la Concordia, los Inválidos, el Puente Alejandro III o el río Sena) es espectacular, pero el reto organizativo es también colosal.
Desde que París obtuvo el encargo de ser sede para 2024, en septiembre de 2017, las crisis se han ido sucediendo en una particular carrera de obstáculos.
La pandemia del Covid-19 retrasó ciertos proyectos y luego la guerra en Ucrania elevó la factura tanto para el comité de organización (COJO) como para la empresa encargada de la construcción de infraestructuras olímpicas (Solideo).
La Villa Olímpica, que después de los Juegos se reconvertirá en viviendas y oficinas, estará eso sí lista a tiempo. Las llaves de este nuevo barrio, situado en Saint-Denis (periferia norte de París), serán entregadas al COJO a principios de marzo.

Carlos García

Editor

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