Los ocupantes de un autobús, entre ellos seis religiosas, fueron secuestrados el viernes 19 de enero en la capital de Haití. Hombres armados subieron al vehículo y tomaron como rehenes a todos los pasajeros.
Según el Vaticano, el hecho tuvo lugar a plena luz del día y en el centro de Puerto Príncipe. El papa Francisco pidió este domingo 21 de enero el cese de la violencia en Haití y urgió por la liberación de los retenidos.
Haití vive una de las peores crisis de su historia, marcada por la creciente inseguridad, los asesinatos, secuestros y una grave crisis alimentaria y de empobrecimiento de las clases más vulnerables.
Un nuevo capítulo de la crisis de violencia en Haití. Seis religiosas de la congregación de las Hermanas de Sainte-Anne que viajaban en un autobús fueron secuestradas el viernes 19 de enero junto con otro número no determinado de personas, entre ellas el conductor del vehículo, en la capital de Haití, el país más pobre de América y que vive una creciente espiral de violencia a causa de las bandas criminales.
El secuestro fue informado por el Vaticano y confirmado este domingo 21 de enero por el papa Francisco, tras la oración del Ángelus en la Plaza de San Pedro.
De acuerdo con la información proporcionada por la agencia de noticias del Vaticano, Vatican News, el secuestro tuvo lugar el viernes «a plena luz del día y en el centro de la capital».
«He recibido con dolor la noticia del secuestro en Haití de un grupo de personas, entre ellas seis religiosas. Al pedir su liberación, rezo por la armonía social en el país», dijo el papa Francisco.
Vatican News indicó que el secuestro fue denunciado por monseñor Pierre-André Dumas, obispo de Anse-à-Veau y Miragoâne, de la arquidiócesis de Puerto Príncipe, quien condenó «con vigor y firmeza este último acto odioso y bárbaro, que ni siquiera respeta la dignidad de estas mujeres consagradas que se entregan de todo corazón a Dios para educar y formar a los jóvenes, los más pobres y vulnerables de nuestra sociedad».
